Libros
Federico Navarrete

Huesos de lagartija

  • Viviendo de las Palabrascompartió una citahace 7 años
    Pero no olvides nunca que el sufrimiento jamás termina. No creas que te puedes escapar de él. Cuando pienses que todo va bien, cuando estés próspero y tengas una mujer y estés rodeado de hijos y todos en el barrio te vean con respeto, entonces la calamidad te atacará de nuevo. No olvides que así lo quieren los dioses: ellos nos han mandado aquí a sufrir
  • Ilse De La Cruz Cortéscompartió una citahace 3 años
    Todas las mujeres callaron mientras yo comía, en señal de respeto. H
  • Andrea Poulaincompartió una citahace 7 años
    Anoche escuché a una mujer que daba gritos por la calle. Llamaba a sus hijos y no dejaba de llorar. Decía que venía por ellos porque ya era tiempo de que se fueran de aquí, de México.
  • Auracompartió una citahace 2 años
    los hombres nunca olvidemos que nada en esta tierra dura para siempre, que el destino nos alcanza a todos.
  • Auracompartió una citahace 2 años
    por el piso como si no le hubiera pasado nada. Y vas a prosperar también. No pasarás hambre porque las lagartijas siempre encuentran alimento
  • Auracompartió una citahace 2 años
    Tú eres diferente, Cuetzpalómitl —me respondió el anciano—. Tú no naciste en un signo de guerra. Naciste el día de la lagartija, por eso te llamas así, huesos de lagartija, y por eso eres como eres, flaco pero duro y nervudo. Tú vas a sobrevivir, vas a llegar a viejo. No importará lo que te pase: vas a caer y a levantarte como una lagartija que cae de lo alto de un muro y sale corriendo
  • Auracompartió una citahace 2 años
    Todos llegaban a los cincuenta y dos años, que es la edad de los ancianos
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 2 años
    Esta historia la terminó de escribir el viejo Francisco Cuetzpalómitl del barrio de Yopico del Espíritu Santo, en la ciudad de San Juan Tenochtitlan, en el mes de septiembre del año del Señor 1573 y la dedica a sus nietos y a las lagartijas.
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 2 años
    He contemplado tanta muerte que el dolor no cabría en ocho mil pechos más fuertes que el mío. Pero lo resisto porque también he visto nacer a muchos hombres y muchas cosas nuevas. He visto templos destruidos y nuevos templos erigidos sobre ellos; he visto reyes muertos y nuevos reyes coronados en su lugar; he visto arder a las viejas figuras de los dioses y he adorado a las nuevas que han tomado su puesto; varias veces me he quedado sin familia y luego la he recuperado.
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 2 años
    Por más fuerte que sea, un dios también tiene que obedecer las leyes del destino. Y los hombres tenemos que obedecer a los dioses.
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)