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Susanna Tamaro

Meditaciones sobre la Pasión

  • Juan Carlos Oyuelacompartió una citael año pasado
    El mal que nos corrompe ya no es la esterilidad del cuerpo, sino la del corazón. Queremos ser dueños de todo. Exigimos y reclamamos, y a esta sed de posesión la llamamos amor.
    Pero, como Tú nos enseñas en el camino hacia el Gólgota, el amor no exige, aguarda; no persigue, acoge. El amor es sobrio y exigente, misericordioso y paciente. El amor, engendrado en lo más profundo del ser, es siempre signo de contradicción pues desvela los pensamientos del corazón. De modo implacable, separa lo que es verdaderamente fecundo de lo que finge serlo mediante la manipulación.
  • Juan Carlos Oyuelacompartió una citael año pasado
    Señor, te pedimos que la grandeza de tu sacrificio despierte nuestros corazones, que los haga de carne, y no de plástico. Haznos conscientes de que es allí donde se combate la gran batalla, y de que solo esta batalla, combatida hasta sus últimas consecuencias, hace del hombre algo grande.
  • Juan Carlos Oyuelacompartió una citael año pasado
    Llega un momento en que, bajo nuestros pies, se abre la oscuridad de la enfermedad, el vacío de la pérdida, y la tiniebla misteriosa de la muerte. Y justo allí te encontramos a Ti, dispuesto a ayudarnos, y tu anonadamiento, que nos permite vislumbrar la Luz bajo los abismos más profundos.
  • Juan Carlos Oyuelacompartió una citael año pasado
    Señor, la felicidad pertenece a quienes renuncian a instalarse en la asamblea de los cínicos. Haz que aumente el número de personas que abandona las autopistas y se decide a buscar esos senderos escondidos. Concédenos el gusto por el riesgo y por la libertad. Haznos capaces de oponernos siempre a los poderes que aplastan al ser humano y lo convierten en cosa.
  • Juan Carlos Oyuelacompartió una citael año pasado
    Señor Jesús, cada vez que sintamos la tentación de emitir una condena, recuérdanos que no nos corresponde juzgar. Haz que la mirada mansa del Cordero sea para nosotros el único faro.
  • Juan Carlos Oyuelacompartió una citael año pasado
    Pilato duda, aferrándose a un destello de conciencia. Cuanto más lo hace, más fuerte grita la muchedumbre: «¡Que lo crucifiquen!», como una sola voz, como un grito sordo que arrasa cuanto sale a su paso. En vez de tener sed de tus palabras, la multitud tiene sed de tu sangre.
  • Juan Carlos Oyuelacompartió una citael año pasado
    Tu mirada se detiene sobre la masa, pero la masa prefiere no corresponderte. No soporta cruzar su mirada con la del Cordero, no quiere. Y no lo hace porque a quien grita no es a Ti, sino a los fantasmas oscuros que recorren sus propias almas.
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