Las futbolistas que desafiaron a Mussolini

Debíamos hacer todo con moderación porque, obviamente, éramos mujeres.

l entusiasmo de estas chicas hacia el deporte es loable y saludable, pero debemos pararlo y reorientarlo hacia los deportes más útiles para el régimen y más apropiados para las chicas. Y eso es lo que vamos a hacer. Que tú estés de acuerdo o no, a nosotros no nos importa».

fútbol no es cosa de señoritas, ¡metéoslo en la cabeza!», se puso a chillarme

nosotras fuimos al campo para jugar el primer partido público de nuestra historia. El primer partido público de fútbol femenino de la historia de Italia.

o es necesario que expongamos aquí de nuevo nuestro parecer respecto al deporte femenino. Evidentemente, tenemos la clara convicción de que si se limita la actividad a los deportes olímpicos, eliminando las degeneraciones de los últimos tiempos, como el fútbol, más perjudicial que beneficioso a la hora de difundir el deporte femenino, lograremos reunir un buen grupo de mujeres que conseguirán buenos resultados en las Olimpiadas de Berlín y, sobre todo, que nos permitirán llegar a ser los mejores, que es nuestro objetivo para 1936.

G. S. Ambrosiano por una parte, G. S. Cinzano

En Il Littoriale de hoy hay un artículo que presenta el primer partido de fútbol femenino entre ciudades en la historia de Italia.
Calló por un momento, como añadiendo algo de tensión.
Y luego añadió:
—¡El 1 de octubre iremos todas a Alessandria!

Acabó 1-0 a favor del Cinzano, con gol de Mina Bolzoni, y, al día siguiente, Il Calcio Illustrato hizo algo extraordinario. En lugar de publicar su artículo habitual sobre lo justo, moral o diferente que era el fútbol femenino, publicó la crónica del partido, con sus alineaciones oficiales y los marcadores. Un artículo deportivo, básicamente. Un logro que, unos meses antes, nos hubiera parecido imposible de conseguir.

Equipos femeninos en Alessandria?
Parece que el presidente de la Serenísima Sociedad está preparando una sorpresa para los deportistas alessandrinos. Se trata de la puesta en marcha de dos equipos femeninos de fútbol que ya están entrenando y listos para dar guerra en un enfrentamiento por su originalidad y sus diferentes atractivos.

Nuestro deseo por jugar era tan grande, nuevo y, en cierto modo, inoportuno que requirió la intervención de uno de los hombres más poderosos del régimen de Benito Mussolini: el presidente del CONI y de la FIGC, Leandro Arpinati.