Max Logan creía que Gabriella se había casado con él solo por su dinero y, por su parte, todo había acabado entre ellos. Fue entonces cuando los acontecimientos los obligaron a llegar a un acuerdo.
Durante dos semanas tenían que fingir ser un matrimonio feliz… y eso significaba compartir casa… y cama. Gabriella seguía enamorada de su marido, ¿sería aquella su última oportunidad de demostrarle que se había casado con él porque lo amaba y no por su dinero?