Lo único que faltaba en la lista de Navidad de Dax Coleman era…
Jenna Garwood se había puesto de parto en la cuneta de una polvorienta carretera de Texas. Dax, un obstinado ranchero, acudió a su rescate y la ayudó a dar a luz a su hija. Como padre soltero, Dax sabía muy bien lo que era criar a un recién nacido solo y, para no darle la espalda a Jenna, le ofreció trabajo como ama de llaves en su casa.
Pero no estaba preparado para la química que surgió entre ellos ni para el secreto de Jenna, que podría quebrar la relación de confianza que tanto les había costado establecer.