Abraham Valdelomar (1888–1919) es un caso excepcional dentro de la literatura peruana. Elogiado y atacado en vida como ningún otro escritor de su país, estuvo decidido a triunfar en su medio para lo cual no dudó en adoptar posturas desafiantes y escandalosas a la manera de Oscar Wilde, a quien seguramente quiso imitar. Sin embargo, detrás del decadentismo que solía mostrar en público y su apego a las frases brillantes e irónicas, se descubre un auténtico temperamento artístico, lleno de sentimiento y nostalgia, que se manifiesta en sus mejores poemas y relatos.
Este volumen de Cuentos completos mantiene la clasificación, establecida por el mismo autor, en «Criollos», «Incaicos», «Fantásticos», «Cinematográficos», «Chinos», etc. De estas categorías, Valdelomar trabajó especialmente la primera y la segunda, con relatos que reunió bajo los títulos de La aldea encantada (1914, no llegó a publicarse; aparecieron luego en El Caballero Carmelo, 1918) y Los hijos del Sol (póstumo, 1921), respectivamente.
CONTENIDO:
Cuentos criollos:
– El Caballero Carmelo
– Los ojos de Judas
– El vuelo de los cóndores
– El buque negro
– Yerba santa
– La paraca
– Hebaristo, el sauce que murió de amor
Cuentos incaicos:
– Los hermanos Ayar
– El alma de la quena
– El alfarero (Sañu-Camayok)
– El camino hacia el Sol – El pastor y el rebaño de nieve
– Los ojos de los reyes
– Chaymanta Huayñuy
– El cantor errante
Cuentos exóticos:
– El palacio de hielo
– La virgen de cera
Cuentos cinematográficos:
– El beso de Evans
Cuentos yanquis:
– El círculo de la muerte
– Tres senas, dos ases
Cuentos chinos:
– Las vísceras del superior o sea La historia de la poca vergüenza
– El Hediondo Pozo Siniestro o sea La historia del Gran Consejo de Siké
– El peligro sentimental o sea La causa de la ruina de Siké
– Los Chin-fú-tón o sea La historia de los hambrientos desalmados
– Whong-Fau-Sang o sea La torva enfermedad tenebrosa
Cuentos humorísticos:
– La tragedia en una redoma
– La historia de una vida documentada y trunca
– La ciudad sentimental. Un cuento, un perro y un asalto
– Breve historia veraz de un pericote
– Almas prestadas. Heliodoro, el reloj, mi nuevo amigo
– Mi amigo tenía frío y yo tenía un abrigo cáscara de nuez
Cuentos fantásticos:
– El hipocampo de oro
– Finis desolatrix veritae