Francisco es un niño de diez años, atormentado por visiones que muestran a la muerte rondando en cada esquina y hombres disparando de forma indiscriminada hacia todas partes.
Semanas después, sus pesadillas se hacen realidad. Las calles de Segovia se llenan de muertos a causa de un grupo de hombres que, venidos de otras tierras, deciden masacrar a su pueblo por el solo hecho de no compartir sus ideales políticos.
Ríos de sangre cubren el pueblo ante la mirada impotente de sus habitantes.