Un loto blanco de pistilos de oro constituye una muestra representativa de las características poéticas de Julián del Casal, que se mueven desde ese romanticismo en el cual predominan la melancolía, la tristeza, el pesimismo, y hacen de él en su primera etapa un poeta incapaz de aprehender la realidad para sumergirse en la desesperanza y el hastío, con rasgos de evasión cuando acude al arte como motivo de muchos de sus textos y la soledad es referencia para expresar lo exótico y lo ajeno; hasta el Casal cuyo pensamiento deambula por sensaciones de un mundo lejano e imaginario, con fuertes influencias de los poetas franceses parnasianos y simbolistas, quienes inciden de forma definitiva en su orientación literaria y estética, la cual se inserta dentro de una tradición poética cubana que «él supo culminar y, a la vez, proyectar hacia un futuro cierto».