Pero la encontró muerta y desde ese día su mente acumula imágenes: cabellera negra, ojo que no se cierra, calzones con la etiqueta correctamente alineada, brazo que se apodera de Babette mientras suenan las campanas, tez blanca, muslos blancos, vientre compacto, boca entrecerrada; por eso él ya no es el mismo y agradece que los rurales no le hayan mostrado la fotografía, no hubiera tolerado esa mirada de ojos grises de cuando estaba viva.