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Carole Hooven

Testosterona

  • victoriacamina75compartió una citahace 2 años
    aumentaban los niveles de T de uno de los monos, lo suficiente para que le crecieran «astas y barba en todas las neuronas del cerebro», se dedicaba más a perseguir, inmovilizar y morder. Pero lo interesante era quién era la víctima de esta mayor agresividad: el mono con la T por las nubes no acosaba de forma indiscriminada a cualquiera que le tocara la moral. Solo golpeaba a los que estaban por debajo de él en la escala social, y se mostraba educado con los que tenía por encima.
  • victoriacamina75compartió una citahace 2 años
    La T no es una poción que convierte a los pusilánimes en guerreros o que causa una belicosidad desenfrenada. Sus efectos dependen mucho del individuo y de los factores ambientales. Y especialmente en los humanos, muchas veces se puede ganar y lograr un alto estatus sin ningún tipo de agresión física. La T suele hacer lo que pide la situación. Durante una conferencia, Sapolsky contó en tono jocoso que, si inyectas testosterona a un puñado de monjes budistas, no provocarás violencia, sino actos aleatorios de bondad.
  • victoriacamina75compartió una citahace 2 años
    ea la especie que sea, la relación entre la testosterona y la agresividad no es de mera causa y efecto, por descontado. Lo cierto es que cambia a tenor de factores como la experiencia previa, la personalidad y la posición que se ocupa en la jerarquía. En el libro The Trouble with Testosterone [El problema con la testosterona], Robert Sapolsky, profesor de biología de Stanford y experto en endocrinología de la agresividad, arroja luz sobre esta cuestión. Y lo hace describiendo un experimento con un grupo de talapoínes en cautividad. En el experimento, los monos eran presentados y luego se les daba un tiempo para formar jerarquías. Cuando los científicos aumenta
  • victoriacamina75compartió una citahace 2 años
    sea que no todo depende del nivel de T: la efectividad del receptor de andrógenos
  • victoriacamina75compartió una citahace 2 años
    Las partes del cerebro ricas en do
  • victoriacamina75compartió una citahace 2 años
    dopamina, que influyen en la motivación, tienen una gran densidad de receptores de andrógenos. Normalmente se produce una descarga de dopamina al hacer algo adaptativo, o algo que fue adaptativo en nuestro pasado evolutivo, como comer algo dulce, copular o intimidar a un rival. La dopamina ayuda a afianzar esa conducta: al hacernos sentir bien, nos entran ganas de volver a hacerlo.
  • victoriacamina75compartió una citahace 2 años
    Por si fuera poco, los hombres con menores repeticiones de CAG afirmaban que les daba más placer... ¡ser agresivos! Gracias a este descubrimiento, sabemos algo más sobre cómo la testosterona puede fomentar la agresividad entre los hombres. Los incrementos hormonales son un incentivo porque la T aumenta la sensibilidad a la recompensa. Por ejemplo, cuando se da a los ratones la opción de elegir en qué lado de la jaula estar, eligen el lado en el que previamente hayan recibido una buena dosis de testosterona.
  • victoriacamina75compartió una citahace 2 años
    ahora sabemos que la repetición del CAG predice algo más: la agresividad como respuesta a la testosterona. Entre los hombres dominantes e impulsivos, los que tenían una repetición de CAG corta y eran, por tanto, más sensibles a la T respondían con más agresividad al recibir el gel y robaban más puntos al adversario.
  • victoriacamina75compartió una citahace 2 años
    Los investigadores querían saber si, proporcionando una cantidad determinada de T, se aumentaría la agresividad de los hombres con receptores de andrógenos relativamente eficaces. Por eso dieron un elixir bucal a los sujetos para que se enjuagaran, y luego extrajeron el ADN del líquido escupido.
    La cadena de ADN que comprende cada gen del receptor de andrógenos esconde algo llamado «repetición del triplete CAG», un segmento de letras C+A+G que se repite entre ocho y treinta y siete veces. Cuantas menos repeticiones hay, más eficiente es el receptor; y cuantas más hay, menos eficiente es. En principio, las personas más receptivas a una dosis de T deberían ser las que tienen menos repeticiones del triplete CAG en su gen del receptor de andrógenos.
    La longitud de esa repetición parece estar vinculada a muchas cosas: las probabilidades de contraer cáncer de próstata (hay más si se tienen menos repeticiones), el desenlace del embarazo (los abortos espontáneos son más probables si hay menos repeticiones) e incluso el propio origen étnico.
  • victoriacamina75compartió una citahace 2 años
    también importa. Lo mismo cabe decir de la capacidad del receptor de andrógenos ligado por la T para controlar la tasa de producción proteica de sus «genes diana»; por ejemplo, los que generan la barba, la musculación o la conducta agresiva. Resulta que, incluso entre los receptores de andrógenos típicos y plenamente funcionales, a algunos se les da muy bien controlar la transcripción de los genes diana y hacen que se produzcan más proteínas. A otros, en cambio, no se les da tan bien.
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