Sarah Nevins estaba fuera de sí. Doce años antes había desaparecido el hombre de su vida, Alex Emerson, y ella nunca había conseguido superarlo. Y ahora aparecía de nuevo… y más sexy que nunca, pero Sarah no estaba segura de si quería volver a pasar por eso, por muy bueno que fuera el sexo con él.
Alex siempre había sabido que volvería a ver a Sarah. También sabía que ella no se alegraría de verlo. Pero estaba empeñado en hacerla cambiar de opinión sobre lo que podría haber entre ellos… no le importaba cuánto tiempo tardara en conseguirlo. Rendirse no era parte de la personalidad de Alex y siempre conseguía lo que se proponía.
La química que había entre ellos era increíble.