La vida privada de las bibliotecas

No fue menor la dificultad que encontramos al estudiar las listas en sí, pues, aunque era de rigor que el individuo que las presentara estableciera claramente en ellas el nombre del autor, título de la obra, lugar y año de la impresión, las instrucciones dejaban de cumplirse con mucha frecuencia.

¿cuántos y qué libros?

representar impresos menores, manuscritos y libros que, en ese particular momento, no fueron considerados de valor. Condición que podría explicarse por el grado de deterioro, por estar incompletos o por el simple hecho de no generar interés.

Por citar un ejemplo, en la memoria de libros del médico Nicolás Joseph de Torres se encuentran unas notas que hacen referencia a los ­préstamos entre los propietarios de libros: “

De ahí que nuestro interés prioritario sea ofrecer los datos de las ediciones identificadas y de quienes fueron sus poseedores. De esta manera, se podrán apreciar algunos datos que vamos a detallar y explicar en este apartado.

Como se puede apreciar, este tipo de memorias facilitan considerablemente la identificación de las ediciones registradas. No obstante, existen casos en los que ha sido un poco complicado tomar una deci

A saber, autores, títulos, ciudades de impresión, años, estado de conservación, tipo de encuadernaciones y precios. Las memorias que empleamos son las siguientes:

Tabla 1. Poseedores de libros

Aquí, interesa determinar cuáles ediciones de una sola obra circularon en la Nueva España y cuántas de estas se compartían entre diferentes poseedores. Este ejercicio, que acompaña el texto de esta reflexión, permite apreciar cuáles ediciones de una obra fueron comunes entre varios poseedores.