Robinson y la isla infinita

seguimos profundizando desde su dimensión filosófica, Ortega y Gasset nos amplía horizontes, aproximándonos al concepto de la mitopoiesis. Nos advierte que «la mitopeia es un método intelectual que forja el Mundo en que durante milenios vive un pueblo». Es de sumo interés su teoría sobre la concepción mítica que define este proceso como una serie. Toda invención mítica trabaja sobre otras anteriores.
Toda la invención mítica trabaja sobre las que ya hay; no pretende invalidar ni contradecir las anteriores, sino que empalma con la tradición, la desarrolla y es, más bien, un sobrecrecimiento vegetativo de lo inicial o bien la proliferación incoercible de una polípera, de un viviente coral. Así se va enriqueciendo y articulando y hasta hipertrofiando el Mundo mítico.
El mito de Robinson encaja perfectamente en este modus operandi del fenómeno mítico. No es un mito aislado ni único, sino que se desarrolla y crece como un coral vivo. Esta forma de estudiar el fenómeno mítico como una serie de hechos encadenados es afín al pensamiento filosófico y antropológico contemporáneo.

Toda la invención mítica trabaja sobre las que ya hay; no pretende invalidar ni contradecir las anteriores, sino que empalma con la tradición, la desarrolla y es, más bien, un sobrecrecimiento vegetativo de lo inicial o bien la proliferación incoercible de una polípera, de un viviente coral. Así se va enriqueciendo y articulando y hasta hipertrofiando el Mundo mítico.

intemporales, sino que son «mitos vivos» porque siguen apareciendo en nuevos relatos y continúan su andadura en sucesivas narraciones, con su propia e inconfundible identificación. Son personajes de ficción que han adoptado de hecho la categoría de dioses o semidioses y este carácter sagrado los sitúa en un estadio superior a la simple ficción. Desde luego estas figuras nos ayudan a comprender las inquietudes del hombre e incluso proporcionan modelos de conducta.

os interesa profundizar en el sentido de story o tale como narración, argumento o trama. El mito sería el origen y la forma de toda narración, estructurado en arquetipos fundamentales de la psique.
Para el filósofo y escritor Michel Tournier, el arte de interpretar y de evaluar la realidad debe guiarse desde la concepción mítica. Además expresa la idea de que el escritor tiene la obligación de impedir que los mitos se conviertan en alegorías, porque para Tournier los mitos son mortales al igual que los hombres. «El hombre no es más que un animal mitológico» nos dice. Tratando de delimitar nuestro objeto de estudio, este autor ahonda en este mismo sentido que tratamos de ver. «Un mito es una historia fundamental que todo el mundo conoce». Una de las explicaciones más interesantes acerca del mito es la que señala su poder de persuasión.
Un mito memorable es una imagen viva que acunamos y nutrimos en nuestro seno, que nos brinda claridad y calor. Su perfil exterior, a semejanza de la imagen, parece delineado desde tiempo inmemorial, pero lo envuelve una paradoja: no obstante su antigüedad, su poder de persuasión sigue vigente.
En consecuencia, no solo afirmamos que se trata de arquetipos in

definición de mito es «una historia tradicional que es excepcional y ampliamente conocida en toda la cultura, que tiene la credibilidad de una creencia histórica o quasi-histórica y que incorpora o simboliza algunos de los valores más elementales de la sociedad». Esta definición se nos presenta apropiada para comprender el análisis de nuestra propuesta, al utilizar la significación del término «historia» ampliamente difundida por la cultura. Como vemos, coincide con la visión del profesor Carlos García Gual: «el mito es un relato, una narración, que puede contener elementos simbólicos, pero que frente a los símbolos o a las imágenes de carácter puntual se caracteriza por presentar “una historia”». El mito, por tanto, no podemos reducirlo a un cuento o a una fábula ficticia. En Mitos, viajes, héroes, García Gual alude a que
[…] todo mito es un relato o narración, que refiere unos hechos situados en un pasado remoto. Con esto queda dicho que el mito es más que un agregado de símbolos; es una secuencia narrativa. Ese es el sentido básico y originario del griego mythos: una historia o cuento, en el sentido más amplio de estos términos (el que tiene en inglés story o tale). Y es tradicional, algo que se cuenta o se repite desde antes, que llega del pasado como una herencia narrativa y es propiedad comunitaria, un recuerdo colectivo y no personal.
Nos interesa profundizar en el sentido de story o tale como narración, argumento o trama. El mito sería el origen y la forma de toda narración, estructurado en arquetipos fundamentales de la psique.
Para el filósofo y escritor Michel Tournier, el arte de interpretar y de evaluar la realidad debe guiarse desde la concepción mítica. Además expresa la idea de que el escritor tiene la obligación de impedir que los mitos se conviertan en alegorías, porque para Tournier los mitos son mortales al igual que los hombres. «El hombre no es más que un animal mitológico» nos dice. Tratando de delimitar nuestro objeto de estudio, este autor ahonda en este mismo sentido que tratamos de ver. «Un mito es una historia fundamental que todo el mundo conoce». Una de las explicaciones más interesantes acerca del mito es la que señala su poder de persuasión.
Un mito memorable es una imagen viva que acunamos y nutrimos en nuestro seno, que nos brinda claridad y calor. Su perfil exterior, a semejanza de la imagen, parece delineado desde tiempo inmemorial, pero lo envuelve una paradoja: no obstante su antigüedad, su poder de persuasión sigue vigente.
En consecuencia, no solo afirmamos que se trata de arquetipos in

El humanista británico se acerca a una definición de mito que utilizará como patrón de investigación; para llegar a ella, analiza, revisa y descarta otras concepciones.

El humanista británico se acerca a una definición de mito que utilizará como patrón de investigación; para llegar a ella, analiza, revisa y descarta otras concepciones. Su definición de mito es «una historia tradicional que es excepcional y ampliamente conocida en toda la cultura, que tiene la credibilidad de una creencia histórica o quasi-histórica y que incorpora o simboliza algunos de los valores más elementales de la sociedad». Esta definición se nos presenta apropiada para comprender el análisis de nuestra propuesta, al utilizar la significación del término «historia» ampliamente difundida por la cultura. Como vemos, coincide con la visión del profesor Carlos García Gual: «el mito es un relato, una narración, que puede contener elementos simbólicos, pero que frente a los símbolos o a las imágenes de carácter puntual se caracteriza por presentar “una historia”». El mito, por tanto, no podemos reducirlo a un cuento o a una fábula ficticia. En Mitos, viajes, héroes, García Gual alude a que
[…] todo mito es un relato o narración, que refiere unos hechos situados en un pasado remoto. Con esto queda dicho que el

aceptados y profundamente sentidos. El relato mítico tiene un carácter dramático y ejemplar. Se trata siempre de acciones de excepcional interés para la comunidad, porque explican aspectos importantes de la vida social mediante la narración.

ontemplar el mito como relato clave, una narración que puede contener elementos simbólicos, pero que, frente a los símbolos o a las imágenes de carácter puntual, se caracteriza por presentar una «historia». Los mitos son entonces, relatos clave

Jean-Jacques Wunenburger, en el prólogo del libro Lo imaginario, de Gilbert Durand, nos lleva la cuestión de que cualquier representación racional está sujeta a lo que el imaginario traduce de un modo simbólico en nuestra memoria.
Lo imaginario representa, mucho más ampliamente, el conjunto de imágenes mentales y visuales, organizadas entre ellas por la narración mítica (el sermo mythicus), por la cual un individuo, una sociedad, de hecho la humanidad entera, organiza y expresa simbólicamente sus valores existenciales y su interpretación del mundo.