Dos mujeres, que con su inspiración brindan sus arpegios enamorados, pues con solo mirar a los ojos de Camilo Cienfuegos, el alma se llena y su imagen, completa, trasmite vida, luz, pasión, que sacude hasta el infinito. Dos mujeres, que no conocen la palabra olvido, se adentran en el tiempo y más allá, porque Camilo es montaña, fidelidad, ríos, mares turbulentos o reposados que acarician el suelo de la patria, es vergüenza y modestia. Él portaba la disciplina y el respeto con dulzura, ese era el modo sustancioso de andar por los caminos.