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Juan Ramón Jiménez

Platero y yo

  • Farid Peñacompartió una citahace 4 años
    Esta flor vivirá pocos días, Platero, pero su recuerdo ha de ser eterno. Será su vivir como un día de tu primavera, como una primavera de mi vida.
  • Samuel David Riveros Fonsecacompartió una citahace 2 meses
    LA cumbre. Ahí está el ocaso, todo empurpurado, herido por sus propios cristales, que le hacen sangre por doquiera. A su esplendor, el pinar verde se agria, vagamente enrojecido; y las hierbas y las florecillas, encendidas y transparentes, embalsaman el instante sereno de una esencia mojada, penetrante y luminosa.

    Yo me quedo extasiado en el crepúsculo. Platero, granas de ocaso sus ojos negros, se va, manso, á un charco de aguas de carmín, de rosa, de violeta; hunde suavemente su boca en los espejos, que parece que se hacen líquidos al tocarlos él; y hay por su enorme garganta como un pasar profuso de umbrías aguas de sangre.

    El paraje es conocido, pero el momento lo trastorna y lo hace extraño, ruinoso y monumental. Se dijera, á cada instante, que vamos á descubrir un palacio abandonado... La tarde se prolonga más allá de sí misma, y la hora, contagiada de eternidad, es infinita; pacífica, insondable...

    —Anda, Platero..
  • Mónica <3compartió una citahace 10 días
    comprende bien que lo quiero, y no me guarda rencor. Es tan igual á mí, que he llegado á creer que sueña mis propios sueños.
  • Gabrielacompartió una citael mes pasado
    Salgo al huerto y doy gracias al Dios del día azul.
  • Gabrielacompartió una citael mes pasado
    LA cumbre. Ahí está el ocaso, todo empurpurado, herido por sus propios cristales, que le hacen sangre por doquiera.
  • Gabrielacompartió una citael mes pasado
    El paraje es conocido, pero el momento lo trastorna y lo hace extraño, ruinoso y monumental.
  • Gabrielacompartió una citael mes pasado
    ¡Claras tardes del otoño moguereño! Cuando el aire puro de Octubre afila los límpidos sonidos, sube del valle un alborozo idílico de balidos, de rebuznos, de risas de niños, de ladridos y de campanillas...
  • Gabrielacompartió una citael mes pasado
    «Dondequiera que haya niños—dice Nóvalis—, existe una edad de oro.»
  • Gabrielacompartió una citael mes pasado
    Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco como de piedra.
  • diegopcompartió una citahace 3 meses
    Viajan sin dinero y sin maletas; mudan de casa cuando se les antoja; presumen un arroyo, presienten una fronda, y sólo tienen que abrir sus alas para conseguir la felicidad; no saben de lunes ni de sábados; se bañan en todas partes, á cada momento; aman el amor sin nombre, la amada universal.

    Y cuando las gentes, ¡las pobres gentes!, se van á misa, los domingos, ellos, en un alegre ejemplo, se vienen de pronto, con su algarabía fresca y jovial, al jardín de las casas cerradas, en las que algún poeta, que ya conocen bien, y algún burrillo tierno, los contemplan fraternales
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