La situación socio económica en que estaba sumida Inglaterra contribuyó a que el apego de los Smithson a lo cotidiano fuese el resultado de habitar en una dimensión moral y personal estrechamente ligada a lo pequeño, en su dimensión física y también ética. Un modo de actuar que, igual que el ambiente calvinista holandés del siglo xvii, tenía la aspiración de convertirse en un instrumento pedagógico. Habitar lo pequeño proveía de las pautas de apropiación y socialización de ámbitos mayores: enseñaba a ser ciudadano.