El Hotel De Mrs. Palfrey

Tanto la infancia como la edad provecta son épocas agotadoras

Era un duro trabajo ser viejo. Era como ser un bebé, al revés. Para un niño cada día significa que ha aprendido una cosa nueva; para un viejo cada día significa una cosa olvidada

Los funerales eran como las bodas en su juventud y su edad madura. Ahora ya no había bodas para ellos, pero para los funerales no se necesitaba invitación.

Abrió el libro, pero ninguna página impresa tenía fuerza suficiente para vencer su sentimiento de desolación

pensó en el amor, y en sus aterradoras desigualdades

con su habitual falta de vitalidad, encontraba tanta exuberancia fatigosa

«Cuando eres viejo —pensó de pronto Mr. Osmond maravillado— nadie te llama por tu nombre. Podrías incluso no tenerlo.»

Siempre me asombra el ver hasta qué punto las cosas se van estropeando a medida que uno envejece. ¡Todo! Adondequiera que uno se vuelva. Incluso ahora se nos niega un poco de tranquilidad

A medida que uno se hace viejo, la vida se vuelve todo recibir y no dar. Uno depende de los demás para sus placeres y cosas. Es como volver a ser un niño

Disfrutaba tanto de la incomodidad de él que no lamentaba la propia