Benjamín Labatut

Después de la luz

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«El autor describe un sistema de enlaces aparentes, constituido por una serie de notas científicas, religiosas y esotéricas que coexisten con el relato biográfico de un extraño obsesionado con rebatir la nada explorando «la creación continua de mundos falsos». Después de la luz narra la crisis ontológica de un sujeto enfrentado al vacío en un mundo saturado de información y desprovisto de sentido. La consistente realidad es prueba refutable para el autor. Labatut escucha una voz: la mente de un hombre que no cabe en un solo universo". Matías Celedón.

«Comenzó como una intensa sensación de irrealidad, parecida a la que uno tiene al despertar de un sueño demasiado vívido. Esa mañana, miraba el patrón de las baldosas de mi baño, la alfombra de hojas caídas de los árboles y pensaba, este no puede ser el mundo real. A la semana apenas podía salir de mi casa.»

«Ante la duda radical el vacío se asoma y el mundo y las cosas que hay en él se disuelven. Después de la luz es un libro de introspección profunda y un océano en el que se percibe la brecha entre las cosas. Ahí, en la orilla del abismo, se detiene un narrador que se dispone ante la nada y aguarda en la oscuridad hasta que luces y formas se materializan detrás de sus párpados. Los párrafos de Labatut son eso, fosfenos elusivos que permiten entrever el concierto de piezas metafísicas en el vacío, la representación remota de lo irrepresentable, la alquimia de las cosas inefables que habitan del otro lado del lenguaje.» Mike Wilson.
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112 páginas impresas
Publicación original
2021
Año de publicación
2021
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Citas

  • David Olivarescompartió una citahace 8 meses
    Henrieta Lacks murió el 12 de octubre de 1954, pero parió al ser humano del futuro. Extraídas de un tumor violáceo que crecía en su útero y que terminaría por colonizar la totalidad de su cuerpo, sus células fueron las primeras que se cultivaron de manera exitosa en un laboratorio. Virtualmente inmortales, no han dejado de reproducirse hasta el día de hoy. Su peso conjunto excede en más de quinientas veces el peso de su progenitora. Fue
  • David Olivarescompartió una citahace 8 meses
    Henrieta Lacks murió el 12 de octubre de 1954, pero parió al ser humano del futuro. Extraídas de un tumor violáceo que crecía en su útero y que terminaría por colonizar la totalidad de su cuerpo, sus células fueron las primeras que se cultivaron de manera exitosa en un laboratorio. Virtualmente inmortales, no han dejado de reproducirse hasta el día de hoy. Su peso conjunto excede en más de quinientas veces el peso de su progenitora. Fue el primer linaje celular utilizado en la vacuna de la polio, el estudio del HIV y múltiples tipos de cáncer, pero ha probado ser incontrolable, porque contaminó de forma irreversible cultivos de células en los lugares más remotos del planeta. Los experimentos a los que las células Hela han sido sometidas y su transferencia de genes con virus como el papiloma, las han dotado de un número anormal de cromosomas: 82, en comparación con los 46 de las células humanas. Se trata de una nueva especie, ligada al Homo sapiens pero fundamentalmente distinta.
  • David Olivarescompartió una citahace 8 meses
    La piel de gallina, el hueso de la cola, las muelas del juicio, el Tubérculo de Darwin, el órgano de Jacobson. Cinco vestigios de un ser distinto al que hoy somos. Ya no nos erizamos como un gato enfurecido, ni atrapamos aire para protegernos del viento glacial como las aves, pero nuestra piel recuerda sus viejas plumas y se tensa cuando el miedo, la belleza o el placer nos sobrecogen. Los demás vestigios los cargamos como fósiles en distintas partes de nuestro cuerpo: las vértebras fusionadas de nuestra cola arcaica escondidos al final de nuestra columna vertebral; cuatro dientes que ya no caben en nuestra boca; un nódulo en la hélix de nuestras orejas descrito por Darwin y que se preserva en solo el diez por ciento de la humanidad; y las ruinas de un órgano ubicado entre nuestra boca y nariz con que podríamos oler feromonas y cazar en la oscuridad como las serpientes.
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