El final

en Versalles, se firmó la sentencia de muerte de Europa, l

En todo caso, después de haberme pasado medio día en aquel círculo rojo, fui muy consciente de que podía observar la vida a través del visor de una máquina fotográfica, de que podía ver lo que quisiera, incluso cosas que otros sólo podrían ver si yo se las hacía evidentes. Pero que jamás podría alcanzar realmente aquello que lograse vislumbrar

Cuando ya llevaba hechas cientos o miles de fotos de ella sentada en el taburete de la cocina, me asaltó de golpe la sensación de llevar ya horas de pie dentro de aquel círculo rojo. Luego pensé que sólo yo podía percibirlo así. Era imposible que llevase tanto tiempo esperándola allí, pues había ido a buscar unos simples papeles

Desde luego no lo que realmente deseaba. Que sólo quería mirarla. Hacer que se sentara en un taburete de la cocina y limitarme a contemplarla a través del visor de mi Zorki, a la tenue luz que se filtraría por el patio interior, hasta que llegase a ser tan sempiterna como mi madre ya muerta. Pulsar luego el disparador. Pedirle a continuación que se marchase. O ni tan siquiera hacerlo, porque ya lo sabría