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Sergio Blanco

Autoficción

  • Ccompartió una citael año pasado
    Porque no es posible que seamos relatados solamente por el paso del tiempo o los dictámenes de la sociedad de turno que nos ha tocado vivir, tiene que ser posible que seamos capaces de relatarnos nosotros mismos a nosotros mismos.
  • Ccompartió una citael año pasado
    La autoficción no está para embellecer nada, sino todo lo contrario. De ahí que todas las acusaciones de egocentrismo, individualismo, egolatría, soberbia, autosuficiencia, etc., no hagan más que demostrar un profundo desconocimiento no solo teórico-técnico-literario del género, sino sobre todo un gran desconocimiento sensible de lo que es el gesto mismo de la autoficción.
  • Ccompartió una citael año pasado
    Esta función de la sanación es aquella que consistiría en restablecernos por medio de la puesta en relato: autoficcionarme de alguna manera sería una forma de curarme. Nombrar, decir, designar sería algo más que un simple acto lingüístico: se trataría de una especie de acto casi que terapéutico o mágico que permitiría drenar el dolor.
  • Ccompartió una citael año pasado
    En todo emprendimiento autoficcional, la puesta en discurso —la trama— salva, es decir, nos rescata del trauma.
  • Ccompartió una citael año pasado
    En la autoficción, es claro que lo vivido —el trauma— es el que habilita y posibilita la creación narrativa, es decir: la trama.
  • Ccompartió una citael año pasado
    Y, en segundo lugar, la autoficción obra el cuerpo también religiosamente puesto que no se trata de mostrarlo, sino de encarnarlo: no se trata tanto de un acto de demostración, sino de un acto de encarnación por medio de su sacrificio expiatorio. Es en esto que la autoficción es también altamente religiosa: el cuerpo es encarnado en la tribu.
  • Ccompartió una citael año pasado
    La autoficción en cierto modo obra —y abre— política y religiosamente el cuerpo, que es su materia prima. En primer lugar, la autoficción obra el cuerpo políticamente ya que no se trata de exhibirlo, sino de exponerlo, de ofrecerlo, de darlo a la polis: a la plaza pública. No se trata tanto de un acto de coraje, sino de generosidad, es decir, se trata de una verdadera expiación: borrar las culpas y purificarse de ellas por medio de algún sacrificio. Es en esto que la autoficción es altamente política: el cuerpo es generosamente entregado a la polis desafiando leyes, tabúes, prohibiciones, reglamentos, códigos, estatutos, etc.
  • Ccompartió una citael año pasado
    Es probable —me hace bien pensarlo— que todas estas heridas pertenezcan a un pasado en camino de sanación ya que, como decía Serge Doubrovsky: «Podemos decir todo desde el momento que es pasado». Al igual que detrás de la elevación se esconde una fractura, detrás de la degradación se esconde una rehabilitación.
  • Ccompartió una citael año pasado
    La autodegradación no es un acto de autodesvaloración, sino que es todo lo contrario: es la confesión de un triunfo, la confidencia de un éxito, la revelación de un logro, la declaración de una realización.
  • Ccompartió una citael año pasado
    La autoelevación no es, por tanto, un acto de autovaloración, sino que es todo lo opuesto: es la confesión de un fracaso, la confidencia de una desilusión, la revelación de un desencanto, la declaración de una frustración.
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