Hoy, cuando uno tiene veinticinco años, las lágrimas se han convertido en una cosa tan rara, que no se pueden regalar a la primera advenediza.
German Romocompartió una citahace 3 años
Mi habitación me parecía muy pequeña para contener tanta felicidad; necesitaba la naturaleza entera para expansionarme.
German Romocompartió una citahace 3 años
Las mujeres son despiadadas con las personas que no son de su agrado.
Soliloquios Literarioscompartió una citahace 4 años
Recordaba este estudio, y yo, que habría querido sufrir por aquella mujer, temía que me aceptara excesivamente de prisa y me concediera excesivamente pronto un amor que yo hubiera querido pagar con una larga espera o un gran sacrificio. Los hombres somos así; y es una suerte que la imaginación deje esta poesía a los sentidos y que los deseos del cuerpo hagan esta concesión a los sueños del alma
Soliloquios Literarioscompartió una citahace 4 años
Hoy, cuando uno tiene veinticinco años, las lágrimas se han convertido en una cosa tan rara, que no se pueden regalar a la primera advenediza. No es poco ya que los padres que pagan por ser llorados lo sean en proporción al precio que se han puesto
Soliloquios Literarioscompartió una citahace 4 años
En efecto, ¿hay espectáculo más triste que la vejez del vicio, sobre todo en la mujer? No encierra dignidad alguna ni inspira ningún interés. Ese eterno arrepentimiento, no ya del mal camino seguido, sino de los cálculos mal hechos y del dinero mal empleado, es una de —las cosas más tristes que se pueden oír.
Alicia Quintanacompartió una citahace 4 años
Se nos prohíbe tener corazón, so pena de ser abucheadas y de arruinar nuestro crédito. . Ya no nos pertenecemos. Ya no somos seres, sino cosas. Somos las primeras en su amor propio, las últimas en su estima.
Alicia Quintanacompartió una citahace 4 años
Tenemos amantes egoístas, que gastan su fortuna no por nosotras, como ellos dicen, sino por su vanidad
Alicia Quintanacompartió una citahace 4 años
Si los hombres supieran lo que se puede conseguir con una lágrima, los querríamos más y los arruinaríamos menos.
Belen Castellanoscompartió una citahace 4 años
Comprendía perfectamente que, por más abatido que estuviese, mi corazón tendría cualquier día una reacción terrible, peligrosa quizá, y, mientras evitaba cuidadosamente parecer que intentaba consolarme, hacía todo lo posible por distraerme.