Si había un jefe en el mundo al que Marcie MacLean no quería volver a ver, ese era Jake Campbell. Cinco años antes la había despedido por un error que ella no había cometido. Tenía que volver a trabajar con él durante un mes y Campbell estaba más insoportable que nunca.
Jake siempre había creído que Marcie estuvo a punto de arruinarlo. Sin embargo, poco a poco, empezó a pensar que quizá había sido muy duro con ella. Además, seguía haciendo estragos en sus hormonas…, pero era su ayudante y existían unas normas que había que respetar. Salvo si se casaban…