Súper atracción

Capítulo 11. Cultiva una fe inquebrantable en el Universo

Por esto último entiendo que cuando nos sentimos bien, recordamos al Dios que todos llevamos dentro.

Sentirse bien es sentir a Dios

Los demás me apoyarán a lo largo de este día.

El Universo apoyará hoy mis deseos.

Estoy abierto a recibir la grandeza.

Me siento vigorizado e inspirado.

Un sinnúmero de posibilidades creativas están a mi alcance.

Nada me detiene.

Actúo con fe y claridad.

Me siento bien, sano y lleno de vida.

Hoy será un gran día.

Me divertiré el día de hoy.

Transmitiré gozo a los demás.

Llevaré la luz conmigo dondequiera que vaya.

Soy una influencia positiva en el mundo.

Todo está bien

Mi cuerpo está descansado y mi mente clara.

Comienzo mi día con energía y pensamientos positivos.

Estoy relajado, sin resistencias y con claridad.

Mi día marchará tranquila y venturosamente.

Cuando abrimos los ojos cada mañana, podemos seguir una de dos direcciones: alinearnos con el Universo a través de la práctica espiritual, la meditación, la oración, la afirmación o el ejercicio… o tomar el teléfono, poner las noticias en la televisión, beber una taza de café y empezar con las prisas.

La oración pasó a ser mi respuesta inmediata a cualquier zozobra o tirón adictivo interno. Se volvió un hábito.

Confía en que cuando permites que el Universo te conduzca, recibes una Dirección Ordenada y Solícita (la fuerza universal del amor, también conocida como D-I-O-S); recibes ideas intuitivas acerca de adónde ir y qué decir, y salvas cada obstáculo con más facilidad.

Confía en que cuando permites que el Universo te conduzca, recibes una Dirección Ordenada y Solícita (la fuerza universal del amor, también conocida como D-I-O-S);

Gracias, Universo, por guiar mis pensamientos hacia emociones que hacen que me sienta bien.