Otro mal día. Tampoco es que fuera excepcional. Siempre podía suceder algo peor, y sucedería, en algún momento, algún día. Era fácil dar las cosas por sentadas cuando creías tenerlo todo. Pero era cuando una empezaba a dar las cosas más básicas por sentadas cuando la vida decidía enseñarte que eras una idiota desagradecida.