La prometida

Los hombres combatían a campo abierto; las mujeres lo hacían detrás de sus abanicos

¿Qué es una amiga, sino alguien que te cree capaz de más de lo que realmente está a tu alcance?

Solo quiero que sepas que, aunque no te sienta presente, voy a recordarte. Y si un día encuentro las fuerzas para amar de nuevo, sabré que es amor…, porque tú me enseñaste lo que era. Antes de ti, cualquier atisbo de amor que pudiera percibir era mentira. Y eso no lo sabía hasta que tú entraste en aquella sala, sosteniendo una espada de oro, callado y orgulloso.

—Me atrapaste sin decir palabra. No sé si te lo he dicho alguna vez. Era tuya desde el principio. Desde el segundo en que se cruzaron nuestras miradas, quedé prendada. Y tú me prometiste amarme sin condiciones, y lo hiciste. Muchas gracias, Silas. Gracias.

¿Qué es una amiga, sino alguien que te cree capaz de más de lo que realmente está a tu alcance?

Estoy convencida de que la vida nos dará una felicidad que aún no podemos ver —dije, y señalé al cielo—. Ahora el cielo está cubierto de estrellas, pequeños puntos de luz. Pero muy pronto llegará el sol. Solo tenemos que esperar.

fin de cuentas, creamos enemistades con la cabeza, pero hacemos amigos con el corazón.

Cuando seas reina, te cubriré de joyas, de regalos y de elogios hasta el día de nuestra muerte. Y sospecho que seguiré haciéndolo hasta muchos años después —

Parece una tontería darle las buenas noches al sol, pero lo haré igualmente. Buenas noches, lady Hollis. Nos vemos por la mañana.

—Yo no tengo madera de soldado —respondí tímidamente.

—Y yo no quiero que lo seas. Lo único que te pido es que seas todo lo que ya eres. Es por eso por lo que te quiero.

«Por lo que te quiero, por lo que te quiero, por lo que te quiero…»

si un día encuentro las fuerzas para amar de nuevo, sabré que es amor…, porque tú me enseñaste lo que era