Amparo / (Memorias de un loco)

—Hoy todo se compra y se vende, me contestó con sarcasmo: se vende el amor, se vende la amistad.

—La mujer no es feliz más que vendiéndose; vendiéndose muy cara mientras es hermosa, arrancando al amor que compra, dinero para cuando sólo puede buscarse la caridad; ¡la caridad!...

Sus manos, ese indudable signo, por el que se conocerá siempre a una persona distinguida, eran aún bellas: su mirada altiva y fija.