Entonces hubo una batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón. El dragón y sus ángeles lucharon, pero no prevalecieron y ya no había lugar para ellos en el cielo. El gran dragón fue entonces derribado, la serpiente antigua, llamada el diablo o Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él.