El “Coloquio de monos y una”, retoma un tema que fascinaba a Edgar Allan Poe: la hipersensibilidad. Aquí, el narrador afirma padecer una extraña enfermedad que agudiza terriblemente sus sentidos, tal como sucede en otros dos cuentos clásicos de terror de este maestro: La caída de la casa Usher y El corazón delator.