Lela era una niña feliz, viviendo su infancia en la España de la posguerra, pero la vida le empezó a arrebatar cosas, la primera a su madre a los 9 años, después al amor de su vida, Ricardo y por último a sus hermanos. Los avatares de la vida la llevaron al otro lado del mundo, separándola de todo y de todos. Ella pensaba que ya no merecía la pena vivir, pero la vida le tenía reservada una gran sorpresa.