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Libros
David Roas

Invasión

Un niño hambriento observa con mirada muerta desde lo alto de un tobogán; otro construye pequeños ataúdes. Muñecas de ojos vacíos espían a dos amantes, y criaturas nocturnas acechan a los supervivientes. Una casa aparentemente abandonada atrapa a quien se aproxima y otra sobrevive asediada por insectos. David Roas, referente de la literatura fantástica, invade al lector con distintos fragmentos de un mismo espejo que refleja lo inquietante y lo terrorífico de los objetos y los cuerpos que nos rodean.
Estos cuentos, en la mejor tradición actualizada de Lovecraft, Poe o Shelley, confirman que ni nuestra madre ni nuestros hijos son quienes creemos, ni que en nuestro hogar, ni siquiera en nuestra propia habitación, podemos estar seguros. La invasión comienza allí donde menos lo intuimos.
«Un genuino contador de cuentos que nos transmite la alegría de la invención sin escamotear los escollos que nos presenta la realidad»
J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia
«Roas arrastra a los lectores por los límites borrosos entre lo real que se da en la normalidad de todos los días y la inesperada invasión de lo imaginario, de lo misterioso»
Iñaki Urdanibia, Gara
«David Roas sabe bien moverse por esos pasadizos del tiempo y del espacio para crear distorsiones con las que especular con la realidad que percibimos y que en ocasiones nos extravía o nos atrapa»
Guillermo Busutil, La Opinión
86 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2018
Año de publicación
2018

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Opiniones

  • Alicia M. Marescompartió su opiniónhace 2 años
    💀Espeluznante

    Dividido en 3 secciones desiguales, Invasión de David Roas podría leerse en una sentada. Pero hay que permitir que sus relatos vayan infectando la realidad hasta arrastrarla hacia lo insólito 👣👾

    Hay que deleitarse en su vibra Weird, que ensalza el terror de lo cotidiano (como una invasión de hormigas, un actor disfrazado del monstruo de Frankenstein, o un niño que rompe un espejo) y a veces se va full apocalipsis zombie, como en 'Altruismo', mi relato favorito de la antología.

    El cuento que inaugura este libro tampoco canta mal las rancheras, pues 'La casa vacía' juega con las paradojas y la continuidad de los parques, con la obsesión escritoril y la soledad de estar consigo mismo (esto se acentúa en 'Hambre', donde un escritor exitoso es sepultado por un derrumbe de libros).
    Y, también, cierta incisión en lo recursivo y en los ciclos está visible en 'Simbiosis' e 'Infinitos' ♾️

    Muñecas lujuriosas, docencia bélica, hambruna sangrienta🩸, mitos que se cancelan, dentaduras que cantan y revelan asesinatos, la soledad humana con todo el romance y la ridiculez que eso implica... hay mucho a analizar.
    Además del humor negro y el desparpajo creativo del autor, no ignoro los dotes de creación de atmósferas que tiene:

    "Antes de cenar, aprovechando que todavía había luz, si podía llamarse así a aquella irradiación grisácea bajo la cual uno tenía la sensación de que el tiempo se había detenido, salí a pasear. Tenía ganas de respirar aire fresco. Esta vez, para evitar el lago, tomé un sendero borroso que me llevó hasta un bosque cercano."

    Y claro, su mirada para lo escabroso:

    📢 "La sensación de pisar por primera vez la calle tras varios meses de reclusión, fue muy extraña. Y excitante. Me acerqué en silencio, despacio. Fue su olfato el que primero me localizó. El niño se irguió como un resorte, pero antes de que saltara del tobogán, le arrojé mi carga y salí corriendo.
    Desde la seguridad de mi ventana, me tranquilizó verlo comer. Aunque su cara no mostraba emoción alguna, a mis ojos el pobre disfrutó de aquellas vísceras como cualquier niño con su pastel de cumpleaños. La misma ansia, el mismo masticar a dos carrillos. Ni siquiera la imagen de su boca chorreante de sangre al arrancar pedazos de hígado empañó mi felicidad."

    Una gran adición a la literatura de lo insólito, de lo terrorífico, de aquello que va invadiendo las esquinas de un cuarto hasta abalanzarse sobre el lector.

  • Rafael Peterson Escobarcompartió su opiniónhace 3 años

    Fabuloso... El cuento de las muñecas y el tan realista del profesor.... Estremecedor y de lo mejor en terror jovial en español

  • vik02compartió su opiniónel año pasado
    🐼Adorable

Citas

  • Alicia M. Marescompartió una citahace 2 años
    La sensación de pisar por primera vez la calle tras varios meses de reclusión, fue muy extraña. Y excitante. Me acerqué en silencio, despacio. Fue su olfato el que primero me localizó. El niño se irguió como un resorte, pero antes de que saltara del tobogán, le arrojé mi carga y salí corriendo.

    Desde la seguridad de mi ventana, me tranquilizó verlo comer. Aunque su cara no mostraba emoción alguna, a mis ojos el pobre disfrutó de aquellas vísceras como cualquier niño con su pastel de cumpleaños. La misma ansia, el mismo masticar a dos carrillos. Ni siquiera la imagen de su boca chorreante de sangre al arrancar pedazos de hígado empañó mi felicidad.
  • Alicia M. Marescompartió una citahace 2 años
    Antes de cenar, aprovechando que todavía había luz, si podía llamarse así a aquella irradiación grisácea bajo la cual uno tenía la sensación de que el tiempo se había detenido, salí a pasear. Tenía ganas de respirar aire fresco. Esta vez, para evitar el lago, tomé un sendero borroso que me llevó hasta un bosque cercano.
  • Alicia M. Marescompartió una citahace 2 años
    Fue entonces cuando tuvo lugar el episodio de la ardilla. Y tu mente de inmediato transformó lo que no debía de ser más que el caprichoso comportamiento de un roedor en un signo de que Gilman House escondía algo más que una simple vivienda vacía. Porque era evidente que la ardilla tenía miedo de pisar el jardín. Eso podía explicar la injustificable ausencia de tales animalitos dentro del perímetro de la casa. Revisaste las muchas fotos que habías tomado del jardín y comprobaste con asombro que en ellas jamás aparecía una ardilla. Sin embargo, esas mismas fotos te mostraron a varias de ellas correteando por los jardines colindantes. Fue entonces cuando te diste cuenta de que tampoco aparecía pájaro alguno moviéndose entre las plantas del jardín o posado en las ramas del arce.

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