En permítanme versear, Hugo Hanisch nos comparte versos rimados en un estilo campesino, libre de elegancias poéticas, que escribió con la idea de dar a conocer las mil páginas vacías de la historia rural de Chile, cuyos anónimos héroes nunca escribieron.
Una narración alegórica de las muchas tramas que pertenecen a esas extensas y sufridas leyendas nacidas de relatos dispersos que escuchó y encarnó en personajes ficticios, enredando acontecimientos cuyo inapreciable valor trató de preservar.
Como riqueza adicional, incluyó ilustraciones de pinturas, también de su autoría, que le permitieron combinar sus aficiones y testimoniar esa rica vida del campo chileno, antes de que la actual vorágine social reescriba su historia.