“Lo único que recuperaba las cosas del pasado era la luz, y solamente en espacios tan abiertos como galaxias. Que es lo mismo que decir que una estrella sigue viva después de muerta apenas por la luz que queda viajando por el cosmos. ¿Podía un auto lograr ese efecto?”
El día del primer aniversario de la muerte de su padre Nicolás se muda. Deja la casa donde pasó infancia y adolescencia, y parte al centro de la ciudad a continuar sus estudios de astronomía.
Atrás queda su madre pero también el barrio, los amigos, los vecinos, la novia. Y el Chevy, ese auto que su padre compró a comienzos de los años 80 y que cifraba para él toda la libertad a la que podía aspirar un chico de clase media suburbana. Mientras prueba una vida de independencia y rastrea estrellas con el telescopio, Nicolás tiene una única obsesión: dar con el paradero del Chevy. Cuando decide volver a buscarlo, no imagina que en la casa familiar, entre papeles abandonados, lo espera un hallazgo muy distinto, que de algún modo pondrá fin a su adolescencia.
Cautivadora novela de aprendizaje, suerte de tratado de mitología barrial, El pasado del cielo es una constelación de historias íntimas que traman una historia colectiva. Entre la nostalgia y la crudeza, la escritura de Luis Mey se sostiene en una emoción risueña, cercana a los personajes y a los temas que los mueven: el amor, la amistad, el paso del tiempo y el dolor de las pérdidas.