Sueños olvidados y otros relatos

todo lo original es cada día más valioso en este mundo nuestro irremediablemente

Siendo ella misma bella, la juventud no necesita la aureola: en el exceso de fuerzas vitales tiende a lo trágico, y gustosamente permite a la tristeza beber a grandes tragos de su sangre aún inexperta: por eso también la eterna predisposición de la juventud al peligro y su mano ofrecida fraternalmente a todo sufrimiento en el espíritu.

interior, el segundo (que describe Stendhal) en el que la flor interior, alimentada ya con todos los extractos, se precipita fulminantemente en una cristalización; un segundo mágico, parecido al de la concepción y como ella escondido en la cálida intimidad de la propia vida, invisible, intocable, insensible, únicamente misterio vivido. Ninguna álgebra del espíritu puede calcularlo, ninguna alquimia de la intuición descifrarlo, y raras veces lo capta el propio sentimiento.

Vivimos miríadas de segundos, y siempre será un segundo, un solo segundo, el que ponga en movimiento todo nuestro mundo

la noche susurrante, que oye a todos pero no consuela a ninguno

bello sueño de la insinuación, que sólo desea y no se atreve a exigir, que sólo promete y no da.