Penelope Douglas

Credence

Avisarme cuando se agregue el libro
Para leer este libro carga un archivo EPUB o FB2 en Bookmate. ¿Cómo puedo cargar un libro?
  • Edd y Ari🦋compartió una citael año pasado
    Me encanta ver el mundo y mantenerme ocupada, pero necesito espacio para respirar.
  • Emilycompartió una citael año pasado
    —Nena, mírame —le digo otra vez en voz baja.

    A veces jake es muy tierno con tiernan

  • Xiomara Guadalupe Oviedo Juarezcompartió una citahace 2 meses
    Me besa despacio y luego rápido, metiendo la lengua y luego mordisqueando y tirando de mi labio inferior.

    —Yo voy adonde tú vas —susurra entre besos.

    —¿Serás feliz?

    Me encantaría volver a instalarme en Chapel Peak o mejor aún, en esa cabaña. Aunque con algunas renovaciones y ampliaciones. Pero tengo cosas que hacer primero. ¿Va a venir a ver el mundo conmigo?

    Se detiene y me mira a los ojos.

    —No seré feliz sin ti —dice—. Eso lo sé.

    Y eso es todo lo que yo necesito saber. Mientras estemos juntos, estamos en casa. No importa dónde.

    —Te amo —le digo.

    Toca con su nariz la mía.

    —Yo también te amo.
  • Xiomara Guadalupe Oviedo Juarezcompartió una citahace 2 meses
    Escucho, me encanta el sonido de su hermosa voz. Aterciopelada y relajante, pero sus palabras siguen siendo densas. Son todas nuevas para él.

    —En voz alta —añade.

    Practicó el habla las últimas seis semanas, leyendo en voz alta. Me limpio el rabillo del ojo.

    Se acerca, acariciando mi rostro y secando una lágrima antes de que caiga.
  • Xiomara Guadalupe Oviedo Juarezcompartió una citahace 2 meses
    —No puedo creer que estés aquí —le digo con poco más de un susurro—. ¿Cómo es que saliste de Colorado?

    —Ya era hora —dice.

    Tomo aire, y sus palabras me golpean como un camión.

    ¿Qué?

    Me bajo del neumático y me giro para mirarlo sin creer lo que acabo de oír. Profundo pero suave. Claro y fuerte. Habló.

    Kaleb habló.

    Rodeando el neumático, se acerca a mí.

    —Mi hogar está donde estás tú —dice en voz baja.
  • Xiomara Guadalupe Oviedo Juarezcompartió una citahace 2 meses
    Me haces temblar. Hoy mis manos temblaron en el árbol contigo y no entiendo qué es o por qué está sucediendo. Simplemente lo siento. Nunca quiero que te alejes de mí.
  • Xiomara Guadalupe Oviedo Juarezcompartió una citahace 2 meses
    Sé que me tienes miedo, y sé que es mi culpa. Cici intentó abofetearme en la cueva ese día porque no la quería, y cayó sobre mi hombro haciendo sangrar su maldita nariz, lo que terminó siendo la menor de tus preocupaciones. Les hice cosas horribles. Odio no haber hecho nada para que me ames. Nunca me amarás.
  • Xiomara Guadalupe Oviedo Juarezcompartió una citahace 2 meses
    Tienen el sueño tan profundo que no te escuchan de noche. Sólo yo. Cuando te toqué la cara, te callaste. Cuando intenté irme, la pesadilla comenzó de nuevo. Entonces me quedé. Vengo todas las noches. Metes los pies fríos entre mis piernas y te abrazo, descansando mi mano sobre tu espalda y sintiendo tu cuerpo tranquilizarse mientras te acurrucas contra mí.

    ¿Te hago sentir segura? Me gusta cuidarte.
  • Xiomara Guadalupe Oviedo Juarezcompartió una citahace 2 meses
    El cabello le cubre el rostro, su piel está húmeda por el sudor, y todo su cuerpo está tan tenso como una goma elástica.

    La miro fijamente, por fin entendiendo. No está despierta.

    —¿Qué le pasa? —pregunto, esperando junto a la puerta.

    Kaleb agita la mano, ahuyentándome mientras se acuesta a su lado y la lleva contra su cuerpo. Observo cómo ella va inmediatamente, enterrando su cabeza en su cuello mientras los gritos disminuyen y su respiración comienza a calmarse. Él bosteza, arropándose como si esto fuera de lo más normal.

    —¿Hace esto a menudo?

    Las pesadillas no deberían sonar así, ¿verdad? Sin embargo, cuando Kaleb se acomoda, ella se queda completamente tranquila, acurrucada contra él mientras su sueño continúa, pacífica y tranquilamente.

    Kaleb se acuesta de costado, abrazándola y colocando la cabeza de ella bajo su barbilla mientras ambos se vuelven a dormir.
  • Xiomara Guadalupe Oviedo Juarezcompartió una citahace 2 meses
    Lágrimas se anudan en mi garganta. Me había olvidado de eso. Pero ahora, años después, duele más que nunca. ¿Por qué no lo guardaron al menos por un día? ¿Era tan difícil decir algo bonito?

    Quiero liberarme, olvidarlo, pero me atrapa justo a tiempo. De repente, lo siento. Sus labios en mi cabello.

    Cierro los ojos y dejo de respirar mientras la silenciosa casa nos rodea.

    Me abraza. Apenas tocándome, me abraza.
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)