Valentina siempre había creído en la pasión que consumía tanto a Kairos, su marido, como a ella. Hasta que descubrió que su matrimonio no era más que un frío trato de negocios. A pesar de que entre ellos había una química innegable, ella se negó a permanecer unida a aquel griego despiadado. No obstante, antes de concederle el divorcio, Kairos le exigió que volviera a actuar otra vez como su adorable esposa. Y, cuando se encendió de nuevo la llama de la pasión, Valentina descubrió que estaba a merced de su propio deseo…