sandra zavconst

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  • Brittany Funescompartió una citahace 9 meses
    Me acerco y tomo a Mary-Jane de la mano. Mi hermano Blake se halla sentado en la hierba con mi hijo T.J. y le está hablando de mujeres. Sólo ruedo mis ojos. Él es la última persona en el mundo que quiero dándole consejos de vida amorosa a mi hijo. Anda todo colgado por alguien que no le dará ni la hora del día.

    Pero T.J. balbucea muy bien ahora, así que tal vez podría ofrecerle un poco de ayuda a Blake.
  • Brittany Funescompartió una citahace 9 meses
    Asiente y se levanta. Extiende la mano por mí para tirarme de la cama con él. —Pongámonos en camino entonces. Necesitamos... —Sus palabras se desvanecen, y su rostro palidece. Sigo su línea de visión hasta el punto entre mis piernas, y veo un rastro de sangre en mis muslos. Verlo hace que mi cara se ruborice.

    »¡Oh Dios mío! ¡Mary-Jane, estás sangrando! ¡El bebé! —grita, el pánico claro en su rostro. Se arrodilla ante mí, inspeccionando la sangre—. Tenemos que llevarte a un hospital. —Se levanta, pero antes de que pueda correr, agarro su brazo.

    —Ty, estoy bien —trato de tranquilizarlo.

    —No sé mucho, si cabe, sobre el embarazo, pero estoy jodidamente seguro de que no se supone que debas sangrar.

    —Esa sangre no es del embarazo. —Se detiene y me mira fijamente confundido—. Es porque fuiste mi primero. —Puedo decir por su cara que todavía no entiende lo que estoy diciendo—. Tomaste mi virginidad.

    —Pero…

    Lo corto sólo queriendo sacar las palabras. —El bebé. —Tomo una respiración profunda, tomando mi rumbo—. El bebé es tuyo.

    —Como la mierda que tienes toda la jodida razón.

    Tengo que morder mi mejilla para no reírme de eso.

    —Quiero decir, me inseminaron artificialmente, y hubo una confusión. —Simplemente sigue mirándome como si las cosas no sumaran, así que continúo—: Fui al Centro de Fertilidad Caro para hacerlo. En realidad es por eso que estoy aquí. He venido para decírtelo.

    —Está claro por su cara que conoce el Centro y que las cosas comienzan a hacer clic en su lugar—. Me dieron a tu bebé.

    Sólo me mira un segundo antes de dar la vuelta y salir de la habitación. Me quedo allí, insegura de si debo seguirlo, hasta que oigo gritos procedentes del otro extremo de la casa. Tomo una de sus camisas y la deslizo sobre mi cabeza antes de ir a ver lo que sucede. Cuando entro en la cocina, anda de un lado a otro con un teléfono presionado a su oído.

    —¡Quiero que todo sea destruido! —grita en el teléfono. El volumen de su voz me hace saltar—. Todo.

    Se queda callado por un segundo. »¿Hubo alguna otra confusión?

    —Esas palabras son tranquilas y siniestras, y mi corazón se congela cuando las escucho—. Tienes jodida suerte. —Con eso, cuelga el teléfono y lo deja caer sobre el mostrador. Me quedo congelada en el lugar, y él se vuelve para verme allí.

    Suelta un suspiro profundo. »Está bien —me dice, pero no puedo moverme—. Lo tengo todo destruido. —Doy un paso atrás lejos de él. Parece tan enojado.
  • Brittany Funescompartió una citahace 9 meses
    »¿Sabes qué? Espero que trate de aparecer aquí. Este es el maldito Texas, después de todo. No puedes caminar sobre la tierra de otro hombre y tratar de tomar lo que es suyo sin terminar con algunos agujeros en ti.

    Se vuelve para mirarme, sus ojos duros y posesivos se centran en mí. Sólo lo miro, con la boca abierta, los ojos muy abiertos. Entonces se suaviza.
  • Brittany Funescompartió una citahace 9 meses
    —Ve despacio, Ty. Nunca he hecho esto antes.

    Bajo la mirada a su pancita y creo que quiere decir que no ha tenido sexo estando embarazada. No quiero saber los detalles de cómo llego a esto y por qué tuvo que huir, pero me alegro de que corrió en mi dirección. Porque la he atrapado, y ella no va a ninguna parte. Voy a amarrar su pequeño trasero en mi cama.

    —Despacio, cariño. Muy despacio.

    Cuando nos besamos, todavía puedo saborear la dulzura de su coño, y me vuelve jodidamente salvaje. No sé cómo demonios se supone que debo controlarme cuando tengo algo tan perfecto y hermoso debajo de mí.

    Empujo lentamente, tratando de controlar a la bestia en mi espalda que me dice que la folle a través del colchón. Mary-Jane es especial y dulce, y quiero ir despacio con ella. Entro en ella centímetro a centímetro, y se tensa mientras avanzo. Me detengo unas cuantas veces para dejar que recupere su aliento, pero me dice que siga adelante. No me gusta pensar en ella estando con otra persona, pero debe haber tenido una pequeña polla si todavía se encuentra apretada como una virgen como lo es ahora. Ese pensamiento de alguien dejándola en su estado me hace enojar, pero también feliz por ello, porque ahora voy a hacerla mía. Voy a hacerle saber que bajo ninguna circunstancia alguna vez va a dejarme, y que su bebé es ahora mi bebé. Y vamos a ser una maldita familia. Para siempre.
  • Brittany Funescompartió una citahace 9 meses
    »¿No te gusta la mierda que conseguí? —pregunta Ty, y sigo mirando a Dolly, sin saber con quién habla. No voy a hablar, por si acaso. Ese cliché que “si no tienes algo bonito que decir...” suena fuerte en mi cabeza.

    Siento un pequeño tirón en mi cabello, y levanto la mirada para ver que Ty tiene una hebra girando alrededor de su dedo.

    »¿No te gusta mi mierda? —pregunta de nuevo, mirándome fijamente.

    —Es diferente —admito. De alguna manera consigo mantener mis ojos enfocados en su rostro. Dios, es aún más grande de lo que recuerdo de ayer. Es todo duro, y en mi visión periférica veo que el pelo en su pecho coincide con su barba. Parece que no se ha afeitado en unos días.

    —Podemos conseguir mierda diferente si quieres. —Sigue jugando

    con mi cabello, y escucho un susurrado—: ¿Qué carajos? —De Dolly. Parece que todo el mundo tiene una boca sucia. La primera palabra de mi hijo va a ser una maldición.

    —No es mi casa. Estoy bien con lo que sea. —Quiero decir, sólo voy a estar aquí por un corto tiempo. Solo se supone que es un trabajo a tiempo parcial, y quién sabe cómo las cosas van a estallar una vez que Ty descubra todos mis secretos. Se mostrarán más temprano que tarde.

    Suelta mi cabello y mete la mano en el bolsillo trasero de su jeans, sacando su billetera. Saca una tarjeta de crédito y la lanza sobre el mostrador junto a él.

    Luego se da la vuelta y regresa por el pasillo. —Haz esa mierda de Amazon. No te vayas de mi rancho —lanza sobre su hombro. Como si pudiera irme. ¡Todavía tiene mis malditas llaves!

    —Guau. —Exhala Dolly mientras camina hacia el mostrador y recoge la tarjeta de crédito—. Ni una vez en toda mi vida he conseguido que mi hermano me deje usar su tarjeta de crédito. Estás aquí cinco segundos y él simplemente te lo entrega.
  • Brittany Funescompartió una citahace 9 meses
    Sólo espero que la ropa que traje vaya bien para ocultar esta pequeña pancita de bebé que se va haciendo más y más grande cada día. Me estoy quedando sin tiempo.

    Dejo escapar un largo suspiro mientras distraídamente froto mi mano sobre el bulto. Este pequeño se ha convertido en mi mundo entero.
  • Brittany Funescompartió una citahace 9 meses
    Dedicado a todas esas vírgenes embarazadas por ahí... esperamos que el papi vaquero de tu bebé te trate bien. ¡Arre!
  • Brittany Funescompartió una citahace 9 meses
    Advertencia: Esta historia de una virgen embarazada es maravillosamente ridícula y tan dulce como suena. Móntate y toma un paseo por la noche con este sencillo rapidito.
  • Ximena Ortizcompartió una citael año pasado
    —¿Qué he hecho viniendo aquí así? —susurra. Es como si estuviera hablando sola, pero de todas formas contesto.

    —Has venido aquí y me has abierto los ojos por primera vez en mi vida. No me hagas volver a cerrarlos.

    Con eso, mis labios caen sobre los suyos, y nos quedamos así, besándonos en la cocina hasta que los gril os nos dicen que es hora de acostarse
  • Ximena Ortizcompartió una citael año pasado
    —¿Puedo cocinar la cena esta noche? —pregunta, otra nota de esperanza en su voz.

    —Sí. —¿Por qué alguna vez le diría a esta mujer que no?

    Caminamos de la mano de regreso a la casa cuando el sol comienza a ponerse
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