La arqueóloga norteamericana Brett Lynch, vieja conocida del comisario Guido Brunetti de la policía de Venecia, sufre una agresión en su casa: dos matones le advierten que no se reúna con el dottor Semenzato, director del museo del Palacio Ducal uno de los más relevantes de la ciudad. La amante de Brett, la soprano y diva Flavia Petrelli, la salva in extremis cuchillo en mano. Días después, Semenzato aparece muerto en su despacho. Alguien sin apego al arte ni demasiados escrúpulos le ha aplastado la cabeza con una bella pieza procedente de un yacimiento arqueológico. El melancólico, culto y pragmático comisario creado por Donna Leon se enfrenta, en esta su quinta aventura, a una trama mafiosa que extiende su red de contrabando en el tráfico internacional de arte. Al retirarse el Acqua alta, la marea que periódicamente inunda las calles de Venecia, arrastra consigo una suciedad que deja tras de sí un poso de inmundicia y tristeza. La mirada de Brunetti es la de quien sabe que debe nadar en medio de esas aguas, que empapan también el alma de su ciudad. «Brunetti jamás lleva armas y lee a Herodoto y a Shakespeare. El secreto del éxito policial, según él, no es la inteligencia de los policías sino la estupidez de los delincuentes» Justo Navarro, El País. «Contrabando, traición amorosa, falsificación de altos vuelos y dinero de la Mafia son una combinación explosiva. Brunetti es precisamente el policía idóneo para una ciudad como Venecia» Sunday Times. «Acqua alta, la inundación que convierte a Venecia en un paraíso para los turistas, es una pesadilla para sus habitantes. Una novela llena de intrigantes contrastes» Times Literary Supplement.