En TEORÍA DEL CUERPO ENAMORADO Onfray ha pretendido liberar al eros de las múltiples trabas a las que el cristianismo y la sociedad normalizada lo tienen sometido. En la estela trágica de Bataille, siguiendo los estudios históricos de Foucault, Onfray penetra en la piel de la sexualidad humana: filosofía, ética y política quedan entremezcladas en esta obra materialista y libertina, que contrapone la tradición de pensadores y poetas como Diógenes, Horacio y Demócrito a autores cristianos como San Pablo o San Agustín.