E. Annie Proulx

Brokeback Mountain

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  • c a t hcompartió una citahace 4 años
    Había un abismo entre lo que sabía y lo que trataba de creer, pero no podía hacer nada al respecto, y cuando algo no tiene remedio, hay que aguantarse.
  • c a t hcompartió una citahace 4 años
    La camisa le pareció pesada hasta que descubrió que tenía otra dentro, unas mangas cuidadosamente encajadas en las otras. Era su propia camisa de cuadros, perdida hacía mucho tiempo, según creía él, en alguna maldita lavandería, su camisa sucia, con el bolsillo desgarrado y sin algunos botones, robada y escondida allí por Jack, dentro de su camisa, como dos pieles superpuestas, dos en una. Apretó el rostro contra la tela, inhaló despacio por la boca y la nariz, queriendo percibir un leve rastro del humo, la salvia de la montaña y el agridulce tufillo de Jack, pero no era un aroma real, solo un recuerdo, la fuerza imaginaria de Brokeback Mountain, de la que nada quedaba salvo lo que sostenía en las manos.
  • c a t hcompartió una citahace 4 años
    —Aquí no hay nadie que me ayude —gruñó el viejo—. Jack siempre decía: «Ennis del Mar», siempre decía: «Un día de estos voy a traerlo por aquí y entre los dos pondremos el maldito rancho en forma». Estaba rumiando la idea de que los dos os ibais a instalar aquí, ibais a construir una cabaña de troncos y a ayudarme a llevar el rancho y a levantarlo. Luego, esta primavera tenía otro amigo con el que iba a venir aquí, a construirse una casa y echar una mano en el rancho, no sé qué ranchero vecino suyo de Texas. Iba a separarse de la mujer y a volver aquí. Eso decía. Pero como la mayoría de las ideas de Jack, se quedó en idea.
  • c a t hcompartió una citahace 4 años
    Jack solía decir que quería que lo incinerasen y esparcieran sus cenizas en Brokeback Mountain.
  • c a t hcompartió una citahace 4 años
    Tiempo después, el somnoliento abrazo cristalizó en su memoria como el único momento de simple y encantadora felicidad en sus vidas separadas y difíciles. Nada lo empañó, ni siquiera saber que Ennis no lo había abrazado cara a cara porque no quería ver ni sentir que era Jack aquel a quien tenía en los brazos. Y quizá, pensaba Jack, nunca habían llegado mucho más lejos. Déjalo como está, déjalo como está.
  • c a t hcompartió una citahace 4 años
    Nada terminado, nada iniciado, nada resuelto.

    Lo que Jack recordaba, y anhelaba de un modo que no podía dominar ni comprender, era aquella ocasión en el remoto verano en Brokeback en que Ennis se le acercó por detrás y lo estrechó entre sus brazos, aquel abrazo silencioso que satisfizo un hambre compartida y asexuada.
  • c a t hcompartió una citahace 4 años
    —¿Qué te parece esta? —replicó Jack—, y soy yo el que solo te lo va a decir una vez. Para que te enteres, podríamos haber estado muy bien juntos, cojonudamente bien. Pero tú no quisiste, Ennis, así que ahora nos queda Brokeback Mountain. Todo se basa en eso. Es todo lo que tenemos, tío, esa es la puta verdad, y espero que te enteres de una vez por todas aunque nunca te enteres de lo demás. Cuenta las pocas veces que nos hemos visto en estos puñeteros veinte años. Mide la correa con la que me tienes atado corto, y después pregúntame sobre México, y luego dime que me vas a matar porque necesito algo que casi nunca recibo. No tienes ni puta idea de lo mal que se pasa. Yo no soy como tú. No me bastan un par de polvos de alta montaña una o dos veces al año. Me tienes destrozado, Ennis, hijo de la gran puta. Ojalá supiera cómo dejarte.
  • c a t hcompartió una citahace 4 años
    Sabes, amigo, esta maldita situación es muy poco satisfactoria.
  • c a t hcompartió una citahace 4 años
    Había algo que nunca cambiaba: la luminosa intensidad de sus infrecuentes acoplamientos siempre quedaba oscurecida por la sensación de que el tiempo volaba, nunca había suficiente tiempo, nunca.
  • c a t hcompartió una citahace 4 años
    Ahora mismo. Vámonos de aquí. Echa tus trastos en la caja de mi camioneta y larguémonos a la montaña. Un par de días. Llama a Alma y dile que te vas. Venga, Ennis, acabas de tirar abajo todos mis planes…, dame algo a lo que agarrarme. Lo que nos pasa no es ninguna tontería.
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