Dos fenómenos en apariencia irreversibles se han vuelto insoslayables en el siglo XXI: la devastación de los recursos naturales provocada por los seres humanos y la progresiva digitalización de todas nuestras experiencias. Parece claro que pensar sobre ambas cuestiones es urgente, pero ¿por qué es necesario pensarlas en conjunto? Porque, de manera deliberada, los poderes que las impulsan se mantienen en sombras y la escala global de sus consecuencias nos paraliza. Es esa oscuridad impuesta, justamente, la que el arte y el pensamiento contemporáneos pueden (¿deben?) iluminar.
¿Cómo habla el arte de nuestro tiempo de la crisis ecológica? ¿Qué diálogos entabla con las diversas formas de lo digital? ¿Qué cruces son posibles con el activismo político, la filosofía, la sociología y la reflexión sobre la tecnología? En torno a estas preguntas, algunos de los más destacados pensadores, artistas e intelectuales contemporáneos sistematizan ideas hasta ahora dispersas y construyen en conjunto una reflexión sólida, capaz de descorrer el velo que cubre nuestra vida cotidiana.
De los videojuegos a la intimidad en Instagram, de los derechos de los animales no humanos a los memes, de la inteligencia artificial a las nuevas formas de visualizar las obras de un museo, los textos de este volumen demuestran la potencia del arte como lenguaje de disenso y de transformación. Por los orígenes geográficos, disciplinas y registros diversos de los autores, este libro está llamado a interpelar no solo a quienes transitan el activo mundo del arte, sino también a todos los interesados en los efectos de la tecnología, los movimientos sociales y la filosofía política.
Futuro presente muestra cómo, mientras nos obliga a mirar de frente un mundo amenazante y desigual, el arte puede, en el mismo movimiento, ofrecer alternativas. Incluso, escribe Graciela Speranza, aquel arte «que no tiene vocación política pero se vuelve político cuando hace posibles fantasías a primera vista impracticables».