La Bella y la Bestia

—¡Ánimo, Bella, sé el modelo de las mujeres generosas! Haz saber que eres tan prudente como encantadora, no dudes en sacrificar tu inclinación en nombre de tu deber. Tomas el auténtico camino de la felicidad. Serás feliz, siempre y cuando no confíes en las apariencias engañosas.

Ama a quien te ama, no te dejes engañar por las apariencias

¿Te parece que las princesas que sólo lo son por capricho de la fortuna merecen más el alto rango en que el destino las ha colocado que esta joven?

pero él estaba enamorado de ella y ese amor le hacía temer una posible violencia.

—De ningún modo —replicó tranquilamente la Bestia—, pero, sin espantarte, respóndeme como es debido, dime claramente sí o no.

La Bella le respondió temblando:

—No, Bestia.

Allí, el gran gusto que ella tenía por la lectura podía encontrar fácilmente satisfacción y preservarla del tedio y la soledad.

Te amo entrañablemente; eres la única que puedes hacerme feliz haciéndote feliz a ti misma. Nunca cambies.

Usa tu sagacidad para descubrirme debajo de las apariencias que me encubren.