Húmedas distancias

Sábete amor, que de sobra sé pensarte.

Paralizada en el umbral,
eché el cerrojo.
Detuve al llanto.
Te dejé partir.

Y nuestras aguas no navegan más.

(Sé que ya te vas. Te has ido hace tiempo.
Dolorosamente. De a poco.
A cuenta gotas.)

Te has ido
Estoy rota.
¿no te has dado cuenta?
Estoy rota.
Te diste cuenta
Estoy rota…
(Y quizá por ello,
Te fuiste
Y quizá por ello,
No pude retenerte
Sin Voz,
Palabra
ni Vientre)
Estoy rota,
Vacía
Sin fuerza para retenerte
Te fuiste.
Estoy rota
Doblemente rota
…Y sin fuerza para retenerte

¿Desde qué herida nos amamos, amor?
¿Desde qué amor nos herimos, amor?

Lo único que creo haber descubierto, a los años, es que, por más que una crea saber, al final, sólo tiene, con suerte, 50% de la vivencia. El resto, esa otra mitad, siempre, es de la otredad.

Imposibilidad, pasiva
Y viceversa.

Mundotro.
Imposible. Impasible.
Y viceversa.

Punto de fuga:

tu regazo

Perspectiva:

el ángulo trapecio

entre cuello y clavícula

lienzo eterno, dispuesto
deseante escritura matutina

Ella, en la piel.

Aunque no vuelva…

Te imagino.

Mora la voz del silencio
En tu piel, a contraluz
el sol esquivo