Valentía II

Necesito perdonar y perdonarme,
dejar que se vayan esos rencores
que me tienen el corazón deshecho

Uno se cansa de las promesas sin vida
y de los besos sin alma.
Entonces,
dan ganas de un amor honesto,
libre de excusas baratas;
un amor lleno de poesía,
de locura
y de calma.

Hay corazones a los que,
aunque les entregues el alma,
nada les es suficiente.

que se vayan esos rencores
que me tienen el corazón deshecho

Como un león

Algo me dice que preocuparme
está de más,
que me estoy consumiendo sin necesidad.
Quizá sea muy complicada esta situación,
pero yo aprendí a pelear como un león.
Algo me dice que pronto todo pasará,
que la vida
en cualquier momento cambiará.
Puede ser que no salga totalmente ileso,
pero llegará la hora de sanar.

Por completo

De muy pocas cosas presumo en la vida,
no seré el mejor amante que exista,
pero soy de los que se entregan
por completo.
Me gusta darme entero, sin reservas,
aunque no siempre reciba lo mismo.
Al final, a lo único que me limito
es a dejar huella:
la piel te la toca cualquiera;
el alma, solamente el que se entrega.

He tenido que pasar
por muchos infiernos
para poder probar
un pedacito de cielo.

Perdonar y perdonarme
Necesito perdonar y perdonarme,
quitarme este enjambre de dudas
que explotan en mi cabeza
y salir a pelear
con las fuerzas que me quedan.

Necesito echar todas mis decepciones
trituradas al viento
y darme la oportunidad
de seguir viviendo.

No puedo dejar
que me haga pedazos la tristeza
solo porque cometo errores
como cualquiera.

Necesito perdonar y perdonarme,
dejar que se vayan esos rencores
que me tienen el corazón deshecho
y procurar amarme como nadie jamás
lo ha hecho.

Necesito hacerlo.
Ya viví demasiado tiempo en el pasado,
ya me culpé por cosas
de las que nunca fui culpable.

Un amor así
Uno se cansa de las promesas sin vida
y de los besos sin alma.
Entonces,
dan ganas de un amor honesto,
libre de excusas baratas;
un amor lleno de poesía,
de locura
y de calma.

Serena y paciente
Nada es más imponente
que ver a una mujer inteligente
que sabe lo que quiere,
sin importar lo que piensan los demás.
Nada más imponente
que verla caminar sonriente,
serena y paciente,
hacia su inevitable libertad.