fallamos, si acabamos siendo unos perdedores, es porque no hemos deseado el éxito suficientemente, porque no lo hemos proyectado con fuerza, porque no nos lo hemos currado. Todo es culpa nuestra. Solo nuestra. El estrés y la ansiedad son la moneda común hoy día: debo ser el mejor, ser productivo, prosperar en mi carrera, crecer en mi vida personal, ser la mejor versión de mí mismo, mi propia MARCA, comprarme un ático con terraza para hacer cenitas con los amigos.