Libros
Jorge Gutiérrez Reyna

El otro nombre de los árboles

  • Rafael Ramoscompartió una citahace 5 días
    Del otro lado la noche es de los árboles:
    el aire se columpia en la llanta
    y cruje la rama del nogal,
    desde las nopaleras me mira
    con sus ojos de fósforo el cacomixtle.
    A esta hora los desconozco:
    han perdido sus verdes
    porque en la noche abierta del campo
    todas las cosas son azules.
    Los árboles murmuran un conjuro,
    pronuncian las palabras que olvidamos
    al fondo de las pesadillas.
    No alcanzo a entenderlos pero me sé
    un intruso en su ritual antiguo.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 6 días
    Donde hibernan las tortugas

    Luego de pastar algunos meses,
    Bartola escoge un rincón
    del patio y se medioentierra
    para afrontar las escarchas del invierno.
    La hojarasca sobre el caparazón
    va levantando un montículo amarillo:
    debajo la tortuga sueña
    con los primeros brotes de los tréboles.

    No se extinguieron los dinosaurios.
    Al volar sobre las montañas,
    pienso que han dormido durante largas eras
    en una hibernación proporcional a su tamaño.
    Una mañana se sacudirán de los lomos
    los peñascos, la arboleda, las parvadas
    y asomarán, todavía adormecidos,
    por encima de la niebla
    penachos de púas, crestas, largos cuellos.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 8 días
    llama mi abuela para preguntar
    si sigo en pie.
    Con el teléfono entre el hombro
    y la oreja devuelvo a los libreros
    a dos o tres arrojadizos,
    como recoge la mañana sus pedazos
    y se apresura
    para llegar puntual al mediodía.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 8 días
    “¿Que si habrá un gran terremoto?
    Lo habrá pero ni yo puedo decirles
    el día ni la hora: el Quinto Sol
    terminará con una brusca sacudida
    del monstruo y tendremos que ofrecer
    —dice burlona— algunos corazones
    a la Señora de la Tierra
    para que siga posponiendo el cataclismo.
    En cambio, les puedo asegurar
    que seguirá temblando
    y habrá que acostumbrarse
    a convivir con los temblores
    como con los perros de la Inquisición,
    las multitudes lúbricas del metro,
    las ratas despanzurradas sobre la banqueta,
    con el agua hasta el cuello
    y la sed en la garganta, con la idea
    de que no saldré ni muerta del convento.
    Grietas incurables en la espalda
    de esta urbe
    que no termina
    de romperse.”
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 8 días
    Yo extraño a veces la casa de mis padres,
    cercada de las sierras, donde un patio
    se sonroja ante la terca
    coquetería del otoño y el sueño
    se desliza sin pausas hasta el alba.
    Donde nunca tiembla.
    Vecinos,
    ¿por qué nos quedamos
    después de tantos siglos
    en esta ciudad?
    A esta hora mi abuela
    debe estar picando
    las cebollas para la comida.
    Hasta el próximo temblor, vecinos míos.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 8 días
    ¿No hubo entonces Atlántida?
    Explícanos, Juana Inés, cómo entonces
    apuntan a lo alto las pirámides
    y en códice y sarcófago perfilan
    los dioses su bestial fisonomía
    en uno y otro lado del océano.
    ¿No es ello prueba del antiguo puente
    entre aquél y este Nuevo Mundo?”
    “No faltará en el futuro quien discuta
    esta teoría de las placas sobre la esfera.
    Quizá hubo Atlántida
    y los peces tal vez naden
    entre la columnata de un templo sumergido.
    A lo mejor la tierra,
    como creían los mexicanos,
    no sea sino el lomo,
    que de vez en cuando se estremece,
    de un enorme reptil cuyas escamas
    son los bosques, de un dinosaurio
    que chapotea sobre las aguas.”
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 8 días
    “Tuve un sueño —dice sor Juana
    a los contertulios del locutorio—.
    No son los vapores que el calor
    solar de los trópicos desprende
    de las lagunas subterráneas
    los que ocasionan los temblores;
    son las ondas generadas por el roce
    de placas tectónicas y lentas que navegan
    sobre un planeta de roca fundida.
    Nos parecen gruesas y sólidas
    porque en sus lechos ásperos
    se acurruca el costillar del dinosaurio
    y abre su mano la raíz de las montañas.
    Pero son finas cáscaras de jitomate.
    Las costas de África y América por eso
    son las piezas contiguas
    de un rompecabezas desunido.”
    “Sor Juana,
    ¿qué cosa son los dinosaurios?”
    “Si te lo dijera,
    tendría ruido con el Santo Oficio.”
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 8 días
    mañana se sacude:
    un insistente golpeteo en las ventanas,
    los árboles se bambolean,
    ladran todos los perros
    y todas las alarmas de los coches.
    Salí descalzo,
    sin las llaves,
    sin los lentes pero alcanzo a ver
    a los vecinos salir del edificio,
    amontonarse, los escucho
    llamarse a gritos los unos a los otros.
    “En México asaltan y hay temblores,
    no te vayas”, decía mi abuela,
    “asaltan y hay temblores”, me persignaba
    minutos antes de subirme al autobús.
    Miramos aterrados las paredes,
    como esperando
    que no se nos vengan encima los ladrillos.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 8 días
    Tiemblan, Sigüenza, los cometas,
    pedazos de roca y hielo
    a miles de kilómetros por hora
    en las carreteras azules del cosmos.
    Vas a quitarles su estatuto de intocables,
    de dueños del destino.
    Pero empieza a punzar el dolor en tu costado
    (así punzaba en el mío antes de la cirugía).
    Dejarás dicho en el testamento
    que se abra tu cadáver, que se averigüe
    la causa de tu muerte:
    hallarán en tu riñón izquierdo una piedra
    del tamaño de un hueso de durazno.
    Qué tiempos tan oscuros
    los tuyos, Sigüenza.
    La ciencia está ya muy avanzada
    y, hoy por hoy, nadie se muere
    de un pequeño asteroide en las entrañas.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 8 días
    Sentada en la primera banca,
    la virreina desanda una vez más
    los planetas diminutos del rosario.
    Para atribuirles las calamidades
    que continuamente se experimentan
    en alguna parte del universo,
    era necesario el que los cometas
    jamás faltasen en el cielo.
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