Vidas no binarias

Por qué se les atribuía un género a determinadas actitudes y emociones?

Una idea bastante común sobre la identidad es que nos proporciona un marco en el cual existir: un género, una nacionalidad, un empleo, un origen, una religión, etc. En la mayoría de las sociedades occidentales el concepto de identidad la presenta como algo constante e inmutable. Cuando se aplica a las personas, este patrón tan rígido nunca sienta bien: o te sales por un extremo, o te excedes, o bien no puedes rellenarlo porque eres demasiado pequeñe, demasiado «débil».

Un acto aleatorio de amabilidad puede ser mucho más efectivo para politizar a alguien que un millón de charlas. Es ahí donde creo que reside la fortaleza.

La idea de la delicadeza como estrategia para mi activismo me ha otorgado una herramienta para ser amable y persistente al mismo tiempo. Para no ser demasiado dure conmigo misme ni con les demás. Para ahorrar energía donde corresponde. Para deshacerme de esa ridícula idea de la competitividad y buscar la solidaridad, para mí y para les demás. Para luchar en las fronteras correctas en lugar de hacerlo dentro de mi propia comunidad, donde muches de nosotres recreamos de manera inconsciente el estrés y la opresión que sufrimos en nuestras vidas cotidianas.

Las actitudes machistas y capacitistas, como trabajar demasiado y dormir muy poco (a veces, con ayuda de las drogas), y la presión por, sencillamente, «hacer» siempre más que el resto formaban parte de la «filosofía activista» de mucha gente.

por simple casualidad, el lenguaje había logrado al fin mostrarme en mi cuerpo.

De todas formas, nunca voy a ser la persona que esperan de mí.

Qué «yo» voy a ser hoy? Es libertad y osadía y peligro y amor, amor, amor por todas y cada una de las vidas que podrías haber vivido.

Qué significa tener passing? Tener passing asigna la responsabilidad de la inteligibilidad sobre la persona que aspira a «pasar por» algo: si no nos leen correctamente es porque no hemos logrado expresar de manera clara nuestro significado. Yo me niego. Me niego a que podamos extraer un significado de nuestros cuerpos. Me niego a que tengamos semejante grado de control con respecto a cómo nos lee la gente. Rechazo la conclusión de que si no logramos que nos lean —no logramos que nos vean— es culpa nuestra. Por el contrario, lo único que podemos ofrecer es a nosotres mismes.

mi sentido del género es bastante estable. No es estático, ningún ser viviente lo es del todo. Sin embargo, hay cierta constancia en él: mi género es como el empuje y el pedaleo rítmico de los pedales de una bicicleta, el delicado alargamiento de las plantas hacia la luz, el golpe de un latido, el espacio entre respiraciones. Mi sentido del género no se precipita ni da volteretas ni va disparado; se despliega tranquilamente, en busca de un lugar donde crecer y estar bien.