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TJ Klune

Ravensong. La canción del cuervo

  • c a t hcompartió una citahace 3 años
    —No quiero que pase, Gordo. No quiero perder esto. Este lazo —su sonrisa era temblorosa—. Es la única parte de ti que siempre ha sido mía.
  • Liseth BZcompartió una citahace 3 años
    luna se sentía sola. El sol, a quien amaba, estaba siempre del otro lado del cielo, y nunca podían encontrarse, por más que se esforzara. Ella se hundía y él se alzaba. Ella estaba a oscuras y él era el día. El mundo dormía cuando ella brillaba. Crecía y menguaba y a veces desaparecía por completo.
  • Danielacompartió una citahace 4 años
    Eché la cabeza hacia atrás y canté una canción de guerra.
  • c a t hcompartió una citahace 3 años
    —Me las puedo arreglar solo.

    —Ese no es el punto, Gordo. No tienes por qué hacerlo. No cuando me tienes a mí para…

    —No te tengo. Para nada.

    —Somos manada —dijo, entrecerrando los ojos—. Eso cuenta. No tienes por qué encargarte de esta mierda solo.

    —¿En serio? —avancé y choqué mi pecho contra el suyo. No se movió. No se sentía intimidado. El aire alrededor nuestro era caliente—. Porque he tenido que encargarme de esta mierda solo durante años, y me las arreglé. ¿Dónde estabas entonces, Mark?
  • c a t hcompartió una citahace 3 años
    Pero había cometido un error fatal.

    Estaba en territorio de los Bennett.

    Y yo era el brujo de los Bennett.
  • c a t hcompartió una citahace 3 años
    Habían estado conmigo durante las peores partes, incluso cuando no sabían lo que estaba pasando. La destrucción de mi primera manada, que la segunda me abandonara. Mark pidiéndole permiso a su Alfa para cortejarme. Mark dándome su lobo. Yo dándole un ultimátum y Mark eligiendo a la manada.

    Mark, Mark, Mark.

    Intentaron ocultarme a Dale. Como si me importara. Como si yo fuera frágil. Como si la mera idea de Mark con alguien fuera tan devastadora que no me sería posible funcionar.

    Había vivido más tiempo sin él que con él.

    No me importaba. Mark podía hacer lo que quisiera.
  • c a t hcompartió una citahace 3 años
    —Bien —dijo y abrió el anotador en una página en blanco—. La reunión para conseguir que Gordo se acueste con alguien ya puede comenzar.

    Y venía todo tan bien.

    —¿Qué? —pregunté, inexpresivo.

    —¿Qué busca Gordo en un hombre? —apuntó Tanner, reclinándose en el asiento.

    —Tiene que ser un poco malo —replicó Rico, frotándose la mejilla pensativo—. No puede ser sensible, porque Gordo es un imbécil que hace llorar a la gente sensible.
  • c a t hcompartió una citahace 3 años
    Ignoré a Mark por tres días.

    Aparecieron animales muertos en el porche delantero.

    Elizabeth se reía de mí mientras acunaba a Carter en sus brazos.
  • Ailen Ogascompartió una citahace 2 años
    Hombre, ser parte de una manada de lobos con mayoría de hombres debe ser una especie de buffet para los hombres gay.
  • c a t hcompartió una citahace 3 años
    —Thomas no te mintió. Siempre pensó que volvería a buscarte. Le llevó más tiempo del que pensaba, eso es todo. Y cuando volvimos a casa, no querías saber nada con nosotros. Con los lobos.

    —No sabía qué más hacer. Me abandonaste, Mark. Me abandonaste, mierda. Thomas te dijo que lo siguieras, y tú simplemente…

    —Casi rompo mis vínculos con la manada por eso.

    —¿Qué? —pregunté, perplejo.

    —Casi abandono la manada.

    —¿Por qué?

    Rio con amargura.

    —Por qué. Por qué. Para poder quedarme aquí, idiota. Para poder quedarme contigo.

    —Te lo pedí. Te supliqué. Y te negaste. Porque te convertirías en Omega.

    —No tiene importancia ahora, ¿verdad? Ya está sucediendo.
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