ólo yo la veo encantadora. Sólo yo, su autor, la amo. Sufro por ella. Y sólo yo es que puedo decirle así: «¿qué es lo que me pedís llorando que yo no pueda darte cantando»? Esta muchacha no sabía que ella era lo que era, así como un cachorro no sabe que es cachorro. Por eso no se sentía infeliz. La única cosa que quería era vivir. No sabía para qué, no se lo preguntaba. Quién sabe, parecía creer que había una pequeña gloria en vivir. Ella pensaba que las personas están obligadas a ser felices. Entonces lo era. Antes de nacer ¿ella era una idea?