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José Antonio Marina

El Laberinto Sentimental

  • Cintia Palomarescompartió una citahace 5 años
    Nadie elige su amor, ni su odio, ni su envidia, y sin embargo nos identificamos con ellos, son lo mas íntimo, espontáneo, propio
  • juan diego esquivias padillacompartió una citael año pasado
    Lo que desea el envidioso es ser preferido.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citael año pasado
    Es muy difícil amar a un ser ante el que se siente vergüenza o miedo.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citael año pasado
    Tenemos que ganarnos la vida. Así andamos de agitados. Somos omnívoros, pero sobre todo somos informávoros. Asimilamos información
  • juan diego esquivias padillacompartió una citael año pasado
    leer las descripciones que Kafka nos dio de su infancia. La minuciosa descripción de su sentimiento de culpabilidad, de vergüenza y de miedo, la «misteriosa inocencia, el misterioso poder» que hacía invulnerable a su padre, y que a él le encerraba en un círculo sin salida. «Tú, que tan prodigiosa autoridad tenías a mis ojos, no respetabas las órdenes que tú mismo dictabas. De aquí resultó que el mundo se dividió en tres partes: una, aquella en que yo vivía como esclavo, sometido a leyes que sólo habían sido inventadas para mí y que, por añadidura, nunca podía cumplir satisfactoriamente, sin saber por qué; otra, que me era infinitamente lejana y en la cual vivías tú, ocupado en gobernar, en dar órdenes y en irritarte porque no se cumplían; por último, la tercera, en que los demás vivían dichosos, exentos de órdenes y de obediencia.»
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 2 años
    Bexton demostró con sus experimentos que somos incapaces de soportar la privación de estímulos mucho tiempo. Somos insaciables consumidores de emociones.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 2 años
    niño soporta el miedo cuando está acompañado, pero tendrá que acabar soportándolo a solas.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 2 años
    Comienza, niño pequeño, a conocer a tu madre por tu sonrisa:
    (a tu madre a la cual diez meses dieron larga molestia).
    Comienza, niño pequeño, que quien no sonríe a sus padres,
    ni los dioses lo sentarán a su mesa, ni las diosas le admitirán a su palacio.
    Así habla Virgilio en su Égloga IV, fascinado por tan fascinante espectáculo.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 2 años
    uando vemos a un cachorrillo humano comer y dormir, nos parece que su vida es muy sencilla. Nos cuesta trabajo comprender el turbión de novedades que está asimilando. Vive comerciando permanentemente con lo que le rodea.
  • juan diego esquivias padillacompartió una citahace 2 años
    Reír y llorar. Aceptar y rechazar. Llamar y recibir. Hay una armonía preestablecida en este diminuto idioma. El niño, sin saberlo, cuenta con que alguien va a entenderle. Náufrago en la realidad, lanza una botella con mensaje apremiante a un mar desconocido.
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