Blue Moon. El espíritu de la laguna (Spanish Edition)

—Tu nacimiento no fue una maldición —le susurró al oído—. Al

contrario, fue una bendición, porque me convirtió en la persona más

afortunada del mundo por tener un hermano tan bueno como tú. Siempre

nos tendremos mutuamente y cuidaremos el uno del otro para lo que haga

falta.

El peso de las mentiras que Diana había ido acumulando a lo largo de

los últimos meses se transformó en una cascada infinita de lágrimas

Sabía que su padre no

lo quería, pero otra cosa bien distinta era desear que estuviera muerto.

Un hogar era un sitio al que volver, un refugio donde estar a salvo. Y

allí nunca se había sentido a salvo.

Aunque no le gustaba tener secretos con su mejor amigo, no tuvo más

remedio que mentirle. Así estaría a salvo de cualquier mal.

El corazón de Eiden iba a mil por hora. Se preocupó un poco:

¿existían casos de infarto por enamoramiento? Porque sentía como si le

fuera a dar un ataque.

En aquel momento,

una pulsera.

— Te la regalo —le explicó—. No es un tesoro pirata, pero así

recordarás nuestra amistad.